Aún no está todo dicho en materia de forestación urbana en Santiago. A pesar de que el gobierno lanzó, a mediados del año pasado, el Proyecto Forestación Urbana, con la meta de plantar un árbol por chileno, académicos y autoridades aún discuten cómo hacer que el programa tenga éxito.
Atentos al avance de la iniciativa, el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica lanzará en dos semanas una propuesta llamada Forestación Urbana mediante Compensación Ambiental, la que fue elaborada por la ingeniera agrónoma de la UC Alejandra Vargas y el abogado Nicolás Balmaceda.
¿La idea detrás? Que las forestaciones periurbanas (las que están en la periferia de la ciudad) realizadas por la empresa privada hace 10 años, como medida de compensación por el material particulado (PM10) que emiten, se puedan hacer ahora al interior de la ciudad.
La propuesta contempla concesionar las áreas verdes y que privados se encarguen de forestar.
Hasta ahora, las industrias que contaminan más de dos toneladas de PM10 están obligadas por ley a mitigar, y una manera de hacerlo es a través de la plantación de diversas especies arbóreas. “Por cada tonelada de contaminante, el privado debe plantar 2,14 hectáreas con un 40% de densidad arbórea. Ese requisito es imposible de cumplir dentro de la ciudad, por eso se hace en la periferia, porque no se puede poner un bosque dentro de la ciudad”, explica Vargas.
Los académicos plantean modificar la norma y que las empresas puedan hacer obras de mitigación plantando árboles al interior de la ciudad, ya sea en áreas verdes que hoy están descuidadas o en calles que necesitan mayor vegetación.
Concesión
La pregunta es cómo mantener esas nuevas áreas verdes una vez instaladas en la ciudad. Uno de los mecanismos que plantean los expertos es que no sean mantenidas por las municipalidades, sino concesionadas a privados.
A su vez, estos podrían vender certificado de compensación a las empresas que emiten contaminantes y luego invierten en la plantación de árboles, para así incentivar la creación de parques o áreas verdes en las calles (forestación fragmentada) de las comunas más desfavorecidas, entre ellas, Calera de Tango, San Ramón, Pudahuel, Quinta Normal y San Joaquín. “Estas empresas podrían forestar en áreas verdes que hoy son café o en futuros terrenos que el gobierno pueda destinar a particulares bajo la concesión, un modelo que ha demostrado ser exitoso en zonas como las autopistas”, enfatiza Alejandra Vargas.
Requisitos
La selección de las especies arbóreas adecuadas al clima de la ciudad y la preparación del terreno deteriorado en ciertas zonas son factores que los expertos llaman a tener en cuenta en un plan de forestación urbana.
Actualmente, los académicos trabajan en un índice que asigne un valor a cada árbol (según su tipo y lugar donde se plante), para así poder determinar cuántos se deben plantar de acuerdo a la cantidad de emisiones contaminantes.
El nuevo director del Proyecto Forestación Urbana, Andrés Eyzaguirre, afirmó que están estudiando la propuesta. “Iniciativas como esta nos parecen muy necesarias. Estamos evaluándola y buscando el mecanismo en el cual la empresa privada, en conjunto con los organismos públicos, pueda hacerse cargo de los parques”.
Vivienda traspasa a Conaf Programa Forestación Urbana
La meta de plantar un árbol por chileno que a mediados del año pasado fue lanzado por el gobierno a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), fue traspasado hace dos semanas a la subsecretaría de Agricultura. Desde ahora será la Conaf (Corporación Nacional Forestal de Chile) la que se hará cargo de este programa que, en la Región Metropolitana, ya lleva 300.000 árboles repartidos.
El presidente Sebastián Picambió, además, al director del Programa Forestación Urbana: en el puesto que ocupaba la arquitecta Consuelo Bravo, nombró a Andrés Eyzaguirre, ex jefe de gabinete del subsecretario del Minvu, Andrés Iacobelli.
El nuevo director dijo que la meta de los 17 millones de árboles al 2018 se mantiene, así como también el calendario de objetivos.
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