¿Qué hacemos con nuestros niños?

Por Biut y Agencias

El exceso de peso dejó de ser un problema de adultos. Desde hace algunos años, la mala alimentación que los padres les entregan a sus hijos sumado al sedentarismo de las nuevas generaciones, se convirtió en uno de los principales problemas de salud a nivel mundial. En nuestro país la cosa no es diferente y así lo reveló el segundo Simce de Educación Física que se hizo en todo Chile a niños y niñas de octavo básico. La conclusión es preocupante: un 40% de los menores que cursan el último año de educación básica está excedido de peso o es obeso.

La prueba mide condiciones físicas, pero lo más alarmante es que según la medición, el 24% de las mujeres y un 20% de los hombres tienen riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en edad adulta. ¿Qué hacemos con nuestros niños? Es prudente culpar a los padres por alimentarlos mal y enseñarles a ser sedentarios; el colegio donde estudian nuestros hijos tiene un grado de culpabilidad al no ofrecer comida saludable y no incentivar el deporte entre los menores, todo radica en la educación que reciben los niños… Estas y cientos de preguntas podemos responderlas y así hacer una autocrítica. El “niñito gordito del curso” dejó de ser el compañero buena onda y simpático y se convirtió, sin pelos en la lengua, en un menor enfermo con muchas posibilidades de sufrir problemas cardiacos cuando sea adulto.

El sedentarismo desde la cuna

Como si esto fuera poco, un estudio del Consejo Nacional de Televisión reveló que los bebés de siete a 18 meses pasan casi dos horas al día frente al televisor. ¿Por qué no los motivamos a que jueguen e interactúen con su entorno? A esa edad, muchos gatean y varios están dando sus primeros pasos; pero no, los chilenos prefieren sentarlos frente al televisor para dejarlos “tranquilos”.

De hecho, un estudio de la Sociedad Canadiense de Fisiología del Ejercicio (CSEP) recomienda no exponer a los menores de dos años a televisores, computadores y videojuegos durante el día y en los que tienen entre dos y cuatro años, sólo una hora diaria.

La misma investigación dice que los menores de cuatro años tienen que tener al menos 180 minutos diarios de actividad física y limitar en ellos el uso de corrales y sillas de bebés cuando están despiertos y alejarlos de aparatos electrónicos. Según publicó La Tercera, todas estas medidas tienen un fin: para que el niño logre un óptimo desarrollo cognitivo, motriz y ayuda a formar hábitos saludables.

 

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