A todos, sin duda, nos preocupa nuestra apariencia física. Y es normal que nos disguste una parte de nuestro cuerpo o que tengamos alguna característica o rasgo físico “sobresaliente”.
En un grupo de personas, sin embargo, la percepción de la apariencia física puede volverse una preocupación obsesiva. Específicamente es una obsesión por un defecto físico que en realidad no existe.
Se trata del trastorno dismórfico corporal (TDC), una percepción equivocada de la imagen corporal.
¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?
Las causas del trastorno dismórfico corporal no son claras y aunque varían de persona a persona, se cree que podría ser una combinación de factores genéticos, ambientales y biológicos.
Algunos expertos creen que podría ser causado por un desequilibrio químico en el cerebro.
Aunque algunos estudios han encontrado que el abuso o abandono durante la infancia también podría ser un factor contribuyente.
La gente que sufre el TDC está excesivamente preocupada por una parte de su cuerpo, que perciben como “defectuosa”.
Y a pesar de que quienes rodean a esta persona le aseguran continuamente lo contrario, ella continúa “viendo” esos defectos.
Tal como explica a la BBC el doctor Robert Hicks, experto en medicina general y salud masculina, cualquier parte del cuerpo puede ser blanco de preocupaciones de quienes sufren TDC pero la cara es la más común.
¿Cuáles son los síntomas?
Una persona con TDC por lo general usa maquillaje excesivo o ropa pesada para ocultar su supuesto defecto.
Repetidamente se mira en el espejo y busca continuamente que la tranquilicen y le aseguren el estado de su apariencia.
Con frecuencia se toca o analiza su supuesto defecto, y continuamente puede pincharse la piel o jalarse el cabello o cejas.
Quienes sufren TDC se sienten muy ansiosos cuando están rodeados de gente. También pueden buscar ayuda médica para solucionar su supuesto defecto.
Estas personas suelen hacer dieta y ejercicio en exceso.
Es difícil que una persona que sufre TDC pueda mantener un trabajo y en ocasiones evita socializar con otros. Y también le es muy difícil mantener una relación.
‘Atrapado en una obsesión’
El doctor David Giles, de la Universidad de Winchester, autor del libro Personality and Individual Differences “Personalidad y Diferencias Individuales” cree que uno de los responsables de este tipo de trastornos son las imágenes que promueven los medios de comunicación.
Tal como explica el investigador a la BBC “los jóvenes, tanto hombres como mujeres, cada vez con más frecuencia basan sus ideas de cómo debe ser su apariencia física en las imágenes que ven en los medios”.
Los jóvenes varones, en particular, dice el experto, podrían estarse dañando psicológicamente por estas imágnes.
“El mensaje de las revistas típicas ‘para hombres’ es que necesitas desarrollar una musculatura física para atraer una pareja ‘de calidad'” dice el experto.
“Los lectores interiorizan este mensaje y eso crea ansiedad por el estado de su cuerpo real conduciendo a intentos cada vez más desesperados para modificarlo”.
Algunos especialistas llaman a esta preocupación excesiva por la musculatura y el ejercicio, “anorexia atlética”. Pero según el doctor Giles, la enfermedad es una forma de trastorno dismórfico corporal.
“El volumen del contenido de imágenes que los jóvenes ven en los medios está en aumento y está atrapando a los jóvenes, en particular, en una obsesión insana sobre su propio cuerpo”, expresa el investigador.
A quién afecta
Los síntomas del TDC por lo general surgen durante la adolescencia o primeras etapas de la adultez, cuando la persona es más susceptible a las críticas por su apariencia física.
Existe una creencia errónea de que sólo las mujeres sufren TDC.
Tal como señala la profesora Naomi Fineberg, psiquiatra especializada en trastorno obsesivo compulsivo, el TDC afecta tanto a hombres como mujeres por igual.
“Entre los varones, muchos se enfocan en su musculatura, quizás no buscan una perfección estética sino algún tipo de regularidad o simetría y se obsesionan con lograrlo”, dice la experta a la BBC.
Los especialistas creen que el TDC es más común en personas con un historial de depresión y/o fobia social.
La enfermedad suele ocurrir junto con el trastorno obsesivo compulsivo y el trastorno de ansiedad generalizada, y también es probable que ocurra junto con algún trastorno alimentario.
Tratamientos
El TDC, sin embargo, no sólo afecta a jóvenes y adolescentes.
Los estudios muestran que cada vez más personas de edad avanzada están sufriendo estas enfermedades.
Margaret, una mujer inglesa de 60 años, se describe a sí misma como “muy fea, con anteojos y dientes chuecos”.
Tal como le contó a la BBC, Margaret se siente tan poco atractiva que llegó un punto en que no podía salir a la calle y ver a otra gente.
“Una vez casi me muero de hambre porque no podía salir a comprar comida al supermercado” dice la mujer.
“Salir de compras es la peor experiencia de mi vida. Y no puedo soportar los restaurantes”.
“Encuentro extremadamente difícil comer en público porque pienso que me veo desgarbada, fea o algo parecido, cuando estoy comiendo”.
Los tratamientos para la enfermedad pueden incluir medicamentos antidepresivos, terapia cognitivo conductual o una combinación de ambos.
En ocasiones también se suele recetar algún fármaco antipsicótico.
Todavía sin embargo, no se sabe cómo prevenir el desarrollo de esta enfermedad debido a que sus causas siguen siendo muy desconocidas.
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