Puede que haya sido ideado como una parábola de la superestrella devorada por las presiones del público, los colmillos de la industria y los demonios del capitalismo. Pero, tres décadas después de su estreno, The Wall (1979), la obra y el espectáculo más popular de Pink Floyd, encarna una de las expresiones más millonarias, voluminosas y requeridas de la actual industria de los shows en vivo, paradigma de un mercado cada vez más potentado. Tanto en Chile como en el extranjero.
El inglés se presentará el próximo 2 de marzo en el Estadio Nacional e inició esta semana la preventa de boletos en su web oficial (rogerwaters.com). Los precios son los mismos del proceso para todo público que se abre este viernes, según confirman sus organizadores, la productora DG Medios: $ 250.000 (VIP Top Premium); $ 200.000 (VIP Top); $ 180.000 (Pacífico Medio Premium); $ 160.000 (VIP Platinum); $ 150.000 (Pacífico Medio); $ 70.000 (Andes); $ 40.000 (Pacífico lateral); $ 36.000 (Cancha), y $ 26.000 (Tribuna general).
Las localidades con categoría Premium están situadas en el sector de cancha, cuentan con sillas e incluyen servicios de cóctel y estacionamiento, tal como las más exclusivas del recital que Paul McCartney dio el 11 de mayo en el mismo sitio. Aunque con una diferencia: la entrada más onerosa para esa cita superaba el millón de pesos, seguida por otra que ascendía a $ 532.000. Por tanto, el ticket más alto para Waters se convierte en el segundo show más caro cobrado en el país (ver lista). Según la página del cantante, las entradas se comercializarán por Feriaticket.
Más allá de las cifras de su arribo a Santiago -que abre una gira continental que luego sigue en Argentina y Brasil-, el recorrido de The Wall se ha alzado como el segundo más rentable de 2011: según un estudio de la empresa Pollstar, el tour ha vendido 866.433 tickets en los últimos seis meses y ha recaudado US$ 98 millones en el mismo período, sólo superado por los US$ 164 millones que ganó U2. El mismo documento destaca que el precio promedio cobrado en un concierto del ex Pink Floyd es de US$ 112.99 ($ 51.800), superando a figuras como Lady Gaga, Elton John y U2.
De algún modo, el bajista, pese a integrar lo más selecto del catálogo clásico, también materializa las nuevas rutas de la industria: subir los precios de los boletos, pero entregar a cambio un espectáculo de características irrepetibles (como mostrar un álbum completo) y en recintos de convocatoria moderada. De hecho, su reciente gira europea se hizo en arenas y sólo en Sudamérica saltará a estadios, aunque con un matiz: las dimensiones de su montaje disminuirán los aforos, por lo que sitios como el Nacional sólo recibirá a un promedio de 35 mil a 40 mil fans.
Esta dinámica ha permitido una postal digna de un acertijo: durante 2011, la venta de entradas ha caído un 2,1%. Eso sí, las recaudaciones de los shows han subido un 11,2 %, las más altas desde que existen registros . La respuesta es simple: los precios subieron un 13,6%, por lo que hay menos gente que paga, pero la que lo hace, paga mucho más.
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