¿Puede haber infidelidad o ya la hubo? ¿Seguiremos juntos? ¿Conoceré a otra persona? O, ¿cómo me irá en mi nuevo trabajo? Son sólo algunas de las miles de interrogantes que despierta este milenario oráculo de 78 cartas divididas entre arcanos mayores y menores.
No por nada, este antiquísimo método adivinatorio nos ha seducido a lo largo de la historia, estando presente hasta el día de hoy en diversas culturas y creencias.
Si bien es cierto, las personas recurren generalmente al tarot como un medio para entender sus problemas, o mejor dicho con la esperanza de conocer un futuro mejor, qué pasaría si las respuestas no son las esperadas, y ese porvenir no es tan auspicioso como desearíamos.
Los especialistas en el tema recalcan que cada persona tiene el poder de manejar su destino.
Tranquilos, no hay que vivir lamentándose, ni en una larga agonía pesimista. Los especialistas en el tema recalcan que cada persona tiene el poder de manejar su destino. No obstante, hay que estar conscientes que si tenemos problemas con el entorno es porque algo falla con nosotros, por lo tanto, es un verdadero desafío realizar un cambio interno.
Si nos lo proponemos el cambio es muy posible. “La lectura del tarot nos ayuda a abrir los ojos, auto conocernos, reflexionar en lo que estamos fallando para posteriormente encontrar las estrategias del cambio que nos llevarán a la tranquilidad mental”, explica Cherie, tarotista terapéutica y facilitadora de la filosofía de Louise Hay.
“El tarot es una herramienta mágica de autoconocimiento, sabiduría interior y despertar. Al ser nuestro espejo, podemos a través de él mirarnos, entendernos, contestar nuestras interrogantes y hacer los cambios necesarios”, recalca la tarotista de Terapiasdespertares.com
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