La semana pasada, revista Vanity Fair publicó un artículo centrado en la nueva vida de Angelina Jolie tras su divorcio con Brad Pitt. Sin embargo, un apartado donde la actriz hablaba de su actual proyecto cinematográfico generó que tanto ella como su equipo fueran acusados de maltrato infantil.
Las críticas se centraron en el casting de First They Killed My Father, película para Netflix basada en el genocidio camboyano vivido en los años 70. En el reportaje, Vanity Fair cuenta que el equipo ponía una alta suma de dinero frente a niños de orfanatos y barrios pobres, y se les pedía que pensaran en qué lo usarían, para luego quitárselos y evaluar su reacción. La pequeña Srey Moch Sereum, quien consiguió el papel protagónico, fue la que más conmovió a los presentes. “Srey Moch fue la única niña que miró el dinero durante mucho, mucho tiempo”, dijo Jolie, según la revista. Luego, la niña dijo que pagaría un funeral digno para su abuelo.
Frente a las críticas, Jolie no tardó en aclarar las técnicas usadas en el casting. Según la cineasta, “se tomaron todas las medidas necesarias para el confort y bienestar de los niños empezando por las audiciones, pasando por la producción, y hasta el presente. Padres, tutores, ONG cuyo trabajo es cuidar de los niños, y médicos estuvieron siempre presentes para asegurar que tenían todo lo que necesitaban. Y por encima de todo, asegurarnos de que nadie fuera herido por participar en la recreación de tal dolorosa parte de la historia del país“.
Jolie agregó que no se trabajó con dinero real y que todo era parte de una escena improvisada, parte de la misma cinta. “Me molesta que un ejercicio falso e improvisado que es una escena en la película sea descrito como si fuera un escenario real”, reclamó la artista. “Las acusaciones de que les quitábamos dinero real a los niños durante el casting es una afirmación falsa e hiriente. Me sentiría indignada si esto hubiera ocurrido”, añadió.
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