Tiene 84 años y sigue, como si nada, luciéndose en cada evento social al que la invitan. Mary Rose Mac-Gill aparece con un precioso abrigo rosado en el evento de Eucerin, donde se lanza el nuevo Hyaluron Mist Spray, y de inmediato posa para todos.
En medio de ese evento, lleno de mujeres, decidimos preguntarle a esta socialité por cómo ve el mundo del feminismo y el actual empoderamiento de las mujeres.
“Mira, las mujeres creen que con estos sacan puntos a favor”, indica de entrada, agregando que “si hay algo que atrae a los hombres es una mujer más tranquila, menos gritona. No tienen para que empoderarse, porque nosotras nacimos empoderadas”.
¿Cómo es eso?
Claro, porque si no fuera por nosotras no habría descendencia. Además, yo soy una convencida de que las mujeres pueden llegar hasta a ser presidentas de la república. No vengamos con que no nos dejan entrar a algunos lados y que sé yo.
Pero, por algo está todo el movimiento feminista tan activo…
Todos estos movimientos para la igualdad, que comenzaron hace muchos años atrás, yo personalmente no estoy para nada de acuerdo. Si el tata Dios sabe mucho más que todas las mujeres gritando juntas en el mundo, por algo hizo distintos a hombres de las mujeres.
Claro, distintos. Pero hay temas de violencia, desigualdad de sueldos, isapres que valen más para las mujeres…
La verdad es que en lo que si estoy absolutamente de acuerdo es en esto de las isapres, porque tu enfermedad es igual a la mía, y si a un hombre lo operan de apendicitis y a ti también, no veo porque a él le van a dar más facilidades que a ti. Eso sí que no corresponde, pero todo lo demás es llevable, se va arreglando poco a poco.
Usted plantea que como mujer hay que ser menos “gritona”…
Es que para mí la mujer tiene que distinguirse por su belleza, ser encantadora y sonreír siempre, y le va a ir muy bien. Ahora, si quieren salir a gritar, si eso las libera no sé de qué, vayan a gritar, dense el gusto.
¿Y cómo era antes, cuando usted era más joven?
Mira, mi abuela era activista política, salía a las calles y mi abuelo jamás le dijo nada porque le encantaba eso, que ella tuviera su propia vida, una vida activa, pero al mismo tiempo preocupada de su familia. Si al final eso es, no hay que esperar parecernos a los hombres.
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