La Navidad es ocasión para que muchas empresas e instituciones generen espacios de encuentro entre sus trabajadores. En ese contexto, jugar al “amigo secreto” es una de las actividades más recurrentes para que los compañeros de labores compartan.
Sin embargo, hay un aspecto que muchas veces no se o se pasa por alto: reunir en un mismo ambiente a personas que no se conocen o no han desarrollado mayor vínculo en el trabajo o simplemente, no se simpatizan, puede generar que este encuentro se vuelva incómodo.
Para el psicólogo y académico de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián, José Lizana, “cuando se presenta este tipo de situaciones hay que resignificar estas instancias como actividades que nos permite humanizar las relaciones laborales. Es decir, es un espacio para conocer al otro en ambiente distinto al de trabajo, pero que se va a concretar solo si las personas cuentan con una actitud positiva para compartir. Esto nos permite derribar prejuicios y establecer relaciones interpersonales efectivas en ambientes informales, que potencian el que hacer de cada uno y de la organización”.
El profesional agrega que “las tareas laborales hacen que los trabajadores sean cada vez más independientes. Es por esto que los trabajadores deben desarrollar conductas cívicas como compartir con otros compañeros, favorece el intercambio de información y la ayuda entre pares, impactando el clima existente en el trabajo y el bienestar de los trabajadores”.
“Los trabajadores deben construir y desarrollar relaciones interpersonales efectivas, aprovechando estas instancias de compartir y potenciar las competencias personales e interpersonales. Compartir con otros siempre es un desafío que me involucra como persona”, finalizó Lizana.
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