Un estudio reveló que el estrés prolongado en el tiempo provoca secreciones de sustancias que actúan sobre las células de grasa aumentando su tamaño y multiplicando su cantidad.
Quién no ha pasado por una pena tremenda que nos hizo adelgazar. Estas situaciones que nos desbordan física y emocionalmente y que surgen repentinamente en nuestras vidas son las causales de que no nos den ganas de comer y que nuestro metabolismo funcione diferente. Este tipo de estrés se mantiene durante un período limitado y cesan sus efectos cuando se revierte la situación que lo causaba.
Así lo explica el doctor Adrián Jaime, Director de Dr. Adrián Jaime Lifestyle Clinic, en un reportaje publicado por el sitio web entremujeres.com, quien además explica que aunque parezca contradictorio, el estrés puede hacernos engordar o adelgazar.
Según el especialista, el estrés que se mantiene durante periodos largos de tiempo y que está fuera de control, o sea el crónico, es el que genera aumento de peso. Estas conclusiones se basan en unas investigaciones del instituto Garvan de Australia que revelaron que frente a tensiones sostenidas en el tiempo, el cerebro segrega un neuripéptido (Y2) que se encuentra en las células grasas provocando su aumento y su multiplicación, por lo que así se ve aumentado el tejido graso del organismo.
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