La leche materna es el alimento más completo que una madre puede otorgar a su hijo en la primera etapa de la vida, pero las mujeres no siempre saben amamantar de manera correcta.
Lactancia materna: La importancia de amamantar responsablemente – Biut
La matrona de Clínica Ciudad del Mar, Myriam Cárcamo, y la Coordinadora de la UCI Neonatológica de la misma clínica, Dra. Paula Gajardo, explican la forma correcta de realizar este importante vínculo entre la madre y su bebé.
En primer lugar se recomienda que la alimentación al pecho sea a libre demanda en los primeros meses de vida, dado que el principal estímulo para la producción láctea es la succión del bebé. De este modo, el volumen de leche aumentará si se aumenta la frecuencia de mamadas y se irá ajustando a las necesidades del lactante.
Una correcta técnica de amamantamiento involucra un adecuado posicionamiento del pecho en la boca del niño: el pezón y aréola deben estar completamente introducidos en la boca, con apoyo de nariz y mentón que reposan sobre la mama, con los labios muy separados, casi formando un ángulo de 180 grados y mejillas llenas durante la succión. Esto disminuye la posibilidad de tragar aire. “Es necesario que la madre amamante en un lugar tranquilo, sin prisa y en la posición que les sea más cómoda a ambos para evitar al máximo la posibilidad de un acople inadecuado que se traduzca en una entrada de aire excesiva al aparato digestivo”, explican las especialistas Paula Gajardo y la matrona Myriam Cárcamo.
Para una lactancia materna exitosa debe seguir los siguientes consejos:
1. Colocar al pecho dentro de la primera media hora de vida.
2. Ofrecer sólo leche de la madre.
3. Ofrecer pecho a libre demanda en los primeros meses de vida.
4. Permitir que el niño lacte el tiempo que sea necesario, pues la duración de una mamada es diferente para cada niño y va variando según su edad.
5. Permitir que el niño succione hasta lograr el vaciamiento completo de la mama pues la mayor proporción grasa que permite lograr una más perdurable sensación de saciedad. Si luego del término de un pecho, el niño rehúsa continuar alimentándose, a la siguiente vez iniciar alimentación con el pecho del que no mamó anteriormente.
6. No ofrecer chupetes de entretención hasta después de la tercera o cuarta semana de vida.
7. Alimentar al niño en un ambiente confortable y grato.
8. Reposicionar al niño si la mamada causa dolor. La lactancia no debe producirlo y si éste es persistente, consultar pues pueden existir problemas del pezón, mastitis o disfunciones oro-motrices del niño.
9. Frente a cualquier duda, es mejor consultar precozmente, pues la gran mayoría de las veces las dificultades que se producen son menores y de fácil resolución.
La Matrona explica que “el niño puede ser alimentado al pecho a través de distintas posiciones, teniendo todas ellas el denominador común del enfrentamiento de su vientre y cara a su madre, “ombligo con ombligo”. Es deseable que la madre conozca varias posiciones de amamantamiento de modo que pueda escoger aquellas que les sean más cómodas a ambos”.
Las posiciones más frecuentes son:
1. Madre sentada y niño acunado.
2. De caballito.
3. Posición reversa.
4. Madre recostada.
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