Los minerales, junto con las vitaminas, son componentes fundamentales para el funcionamiento del cuerpo humano. Si un mineral esencial falta, el cuerpo no es capaz de desempeñarse al 100%.
Pero no es tan fácil saber cuáles son y para qué sirve cada uno. Por ello a continuación una lista de aquellos que no deben faltar en tu dieta:
Calcio:
El calcio es importante para la actividad de muchas enzimas del cuerpo y es esencial para el desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes. Además, la contracción de los músculos, la liberación de neurotransmisores, la regulación de los latidos del corazón y la coagulación de la sangre dependen del calcio.
Fósforo:
El fósforo es uno de los minerales más necesarios, pues juega un papel en el metabolismo energético, la absorción del calcio y la conversión de proteínas para el crecimiento, mantenimiento y reparación de células y tejidos.
Magnesio:
El magnesio es esencial para activar muchas enzimas, músculos y funciones nerviosas. Cuando hay una deficiencia, es posible sentir calambres musculares, dolores de cabeza, pérdida del apetito, insomnio y una predisposición al estrés.
Cromo:
El cromo es vital para el factor de tolerancia a la glucosa (FTG), un sistema de enzimas que trabaja con la insulina para absorber la glucosa en las células, regulando los niveles de azúcar en la sangre. Puede agotarse por el exceso de azúcares refinados o productos que contengan harina blanca, y la falta de ejercicio. Su ausencia provocaría una intolerancia a la glucosa.
Hierro:
Está presente en cada célula del cuerpo y es esencial para la vida humana. Desempeña un papel central en la producción de la hemoglobina, presente en los glóbulos rojos, que transporta el oxígeno desde los pulmones a los tejidos del cuerpo y dióxido de carbono de los tejidos a los pulmones. También está presente en varias enzimas clave para la producción de energía y el metabolismo, incluyendo la síntesis de ADN. La deficiencia de hierro -la más común del mundo- puede conducir a la anemia.
Selenio:
El selenio trabaja con la vitamina E para prevenir el daño de los radicales libres a las membranas celulares. Es clave para un sistema inmunológico saludable, la fertilidad y el funcionamiento de la tiroides. También ayuda a regular la presión arterial.
Zinc:
Es parte de las más de 200 enzimas del cuerpo. Juega un papel en más reacciones que cualquier otro mineral. Sus niveles adecuados son necesarios para un buen funcionamiento del sistema inmune. Su deficiencia resulta en una mayor susceptibilidad para contraer infecciones. Es esencial para el mantenimiento de la visión, el gusto y el olfato.
Potasio:
Ayuda a que los músculos y nervios funcionen correctamente, reduce el riesgo de problemas cardiovasculares y presión arterial alta, alivia la fatiga, la irritabilidad y la confusión. Las personas mayores pueden sufrir del exceso de este mineral, pues sus riñones pierden la capacidad de eliminarlo.
Sodio:
El sodio es un componente de la sal, que está naturalmente presente en casi todos los alimentos que comemos. La mayoría de la gente come más sal de la que es buena para su salud. A los adultos se les recomienda consumir no más de 6 gramos de sal al día (el equivalente a 2,5 gramos de sodio).
Tan importante como conocer sus funciones es saber dónde encontrarlos. Por eso te invitamos a leer la nota completa en BBC para saber cómo y en qué porciones incluir estos alimentos a la dieta.
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