La decisión de hacernos un tatuaje es casi tan importante como con quien elegimos casarnos. Y es que debemos tener en cuenta que esta imagen nos acompañará por el resto de nuestras vidas, y borrarla de nuestro cuerpo resulta igual o incluso más doloroso y costoso que una separación o ruptura amorosa.
Conversamos con dos especialistas sobre este tema, y nos explicaron los riesgos y cuidados que debemos tener a la hora de hacernos un tatuaje y en qué consisten los tratamientos para eliminarlos.
RIESGOS DE UN TATUAJE
El arrepentimiento
Ester Santander, dermatóloga de Vidaintegra, dice que el principal riesgo más importante es el arrepentimiento, “porque son cambios definitivos. La gente piensa que con láser se puede sacar fácil un tatuaje, pero la eliminación con láser es larga, costosa, dolorosa y muchas veces no se eliminan por completo y deja cicatriz”, asegura.
Contagio de enfermedades
Según la profesional, una mala técnica puede generar contaminación con bacterias y virus, verrugas. También puede existir contagio de hepatitis B. Incluso puede existir contagio de VIH e infecciones bacterianas como forúnculos, abscesos.
Reacciones alérgicas
Santander explica que aunque los pigmentos para la mayoría debiesen ser inocuos, “para algunos puede generar reacciones alérgicas. Las que son más importantes son en periodos de verano porque algunos pigmentos reaccionan con la luz solar y generan reacción alérgica con el sol”.
Trastornos de cicatrización
Según Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María, cuando una persona se hace un tatuaje, “puede desarrollar cicatrices exageradas que sobrepasan los límites del tatuaje original (queloide). Además de otras complicaciones como la posibilidad de desarrollar procesos inflamatorios, crónicos o reacciones de tipo cuerpo extraño, que a veces requieren terapias largas y complejas”.
CUIDADOS QUE SE DEBEN TENER
La dermatóloga de Clínica Santa María asegura que no todas las personas son aptas para realizarse un tatuaje.
“Se contraindica en menores de edad, embarazadas, pacientes con trastornos de la cicatrización, sobre todo si responden con la formación de cicatrices ante traumas mínimos, en personas con mesenquimopatías o enfermedades reumatológicas, en diabéticos, inmunosuprimidos, personas con trastornos de la coagulación, personas con dermatosis como psoriasis o vitíligo por riesgo de reproducir lesiones en zona del tatuaje”, advierte Irene.
Y según explican las especialistas, estas son las precauciones y cuidados que debemos tener a la hora de hacernos un tatuaje:
– El local debe contar con normas básicas de higiene y asepsia y materiales estériles y desechables.
– Una vez realizado el tatuaje, se debe hacer una pequeña curación diaria con algún producto antibiótico y humectante local. Además de preocuparse de que la zona quede cubierta con algún elemento aislante del ambiente.
– El tatuaje no se puede mojar hasta que esté cicatrizado.
– Y en períodos de verano colocarse mucho filtro solar para evitar reacciones alérgicas, especialmente con los colores rojos, verdes, azules, que son los que más alergia dan con el sol.
CÓMO BORRARLO
Aunque ya mencionamos al comienzo que es muy difícil borrar un tatuaje, no es una tarea imposible. La doctora Irene Araya, dice que el tratamiento más usado es el láser de diferentes longitudes de onda según el color del pigmento del tatuaje. Pero también existen otros como, “escisión quirúrgica, dermabrasión, criocirugía. Y se está estudiando un tratamiento de uso local (crema) que capta las células con pigmento del tatuaje y las elimina al sistema linfático, pero aún no se encuentra a la venta”, asegura.
Por su parte, para la dermatóloga Ester Santander, la forma más rápida de eliminar un tatuaje es la cirugía, “es factible cuando el tatuaje es pequeño, y si el paciente acepta cambiar el tatuaje por una cicatriz”, explica. Pero recomienda, “la eliminación mediante láser que requiere varias sesiones para hacerlo lentamente y evitar la formación de cicatrices”.
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