Descubrir todas las enfermedades que han pasado por nuestro árbol genealógico puede ser más efectivo que los costosos análisis genéticos como herramienta para predecir qué males podemos sufrir nosotros y nuestros hijos.
Aunque pueda sonar anticuado, un estudio de la Clínica Cleveland que comparó los dos métodos para ver cuál detectaba mejor un riesgo alto de cáncer confirmó el valor del llamado historial de salud familiar.
Aunque lo único que se necesita es interrogar a los parientes, son pocas las familias que tienen un buen “árbol genealógico” de salud. Una encuesta del gobierno estadounidense estima que menos de una tercera parte de las familias lo poseen y es muy poco frecuente que los médicos, con poco tiempo disponible, animen a sus pacientes a crearlo.
“Veo las historias de salud familiar como un regreso al futuro”, dijo la doctora Charis Eng, geneticista especializada en cáncer en el Instituto de Medicina Genómica de la Clínica Cleveland. “Es el secreto mejor guardado en el cuidado de la salud”.
Al acercarse fin de año, las fiestas que se organizan durante ésta época pueden ser una buena oportunidad para recoger la información necesaria, como cualquier otra reunión familiar, incluso los funerales se presentan como una laternativa para hacerlo.
El director general de sanidad pública de Estados Unidos ofrece un sitio de internet gratuito https://familyhistory.hhs.gov/fhh-web/home.action que ayuda a crear el historial y compartirlo vía electrónica con familiares y médicos. El sitio está disponible en español y es una herramienta muy útil para estar al día con los antecedentes familiares.
Otro sondeo de 2.500 mujeres descubrió que éstas suelen saber menos sobre la familia de su padre y suelen minimizar la amenaza del cáncer de mama si viene de esa rama familiar. Por lo tanto, es importante estar informado de los antecedentes de salud de ambas ramas.
La falta de información que podría ayudar a detectar un riesgo elevado de padecer una enfermedad puede ser un problema.
La doctora Eng convocó para su estudio a 22 pacientes de su clínica de cáncer familiar y a sus cónyuges. Compiló sus historias familiares y encargó un análisis genético de saliva: usó las dos técnicas para calcular el riesgo de cáncer de colon, mama o próstata de cada paciente.
Los dos métodos dijeron que un 40% de los participantes tenían un riesgo superior al promedio, pero sólo coincidieron en elegir a las mismas personas cerca de la mitad de las veces. El estudio genético no detectó a ninguna de las nueve personas con antecedentes familiares importantes de cáncer de colon. Cinco de ellas recibieron análisis extra en la clínica, que detectaron que eran portadores de una mutación genética relacionada.
“Un paciente podría haberse hecho esos análisis (genéticos iniciales) y se habría quedado tranquilo y no hubiera buscado tratamiento”, dijo la doctora en una conferencia de geneticistas la semana pasada.
COMENTAR