Según algunos expertos cuando se experimentan altos niveles de estrés, la alimentación es una de las necesidades diarias que más se desatiende, provocando una ingesta de alimentos insuficiente o desproporcionada en nutrientes.
Karen Cruz, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, advierte que no se conocen todos los efectos del estrés en las necesidades nutricionales, pero sí que en este estado el metabolismo se altera, produciendo efectos negativos, por ejemplo, en el sistema inmunitario. “Disminuyen las defensas y, por lo tanto, somos más vulnerables a contraer infecciones o enfermedades”, dice.
Cualquiera sea la causa de estrés, nuestro cuerpo reacciona liberando una hormona llamada adrenalina, que a su vez desencadena toda una serie de respuestas hormonales que responden a esta agresión. “Para producir adrenalina, se necesita vitamina C y la única manera de obtenerla es a través de alimentos ricos en esta vitamina como la naranja, el kiwi, el brócoli, etcétera”, dice la nutricionista.
Otra forma de ayudar al sistema inmunitario a funcionar mejor bajo estas circunstancias es consumiendo, junto con la Vitamina C, alimentos ricos en ácido fólico, los cuales se encuentran principalmente en verduras de hoja verde y alimentos ricos en zinc y proteínas que están en productos cárneos (carnes de pescado, pollo, pavo, huevo, entre otros).
Pero, ¿por qué la alimentación influye al momento de estar estresado? Según explica la académica de la UNAB, “comemos mucho más, debido a la ansiedad que empezamos a sentir o simplemente comemos lo mismo, pero modificamos la calidad de la alimentación, prefiriendo alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares, dejando a un lado los que son aportadores de los nutrientes esenciales anteriormente mencionados”, comenta.
Enfermedades
Existen enfermedades que se relacionan con el estrés, por ello es fundamental tomar las medidas necesarias para evitarlo.
Así una persona puede sufrir de hipercolesterolemia, que se produce porque el estrés destruye las membranas celulares y el cuerpo, para evitarlo, produce más colesterol, que es componente importante de estas membranas.
Además se puede sumar el sobrepeso y obesidad, debido a la deficiente calidad o aumento de consumo de los alimentos.
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