Sale un álbum póstumo y las sospechas arrecian contra el instinto de rapiña de familiares, aliados y sellos inclinados a escarbar en las sobras discográficas del que ya no está. Alto: muchas veces un lanzamiento post mórtem sirve para atar cabos y ampliar la dimensión artística del que se fue.
Es lo que sucede con Lioness: hidden treasures, la entrega póstuma de Amy Winehouse pactada para este 5 de diciembre y de la que ayer su discográfica, Universal, liberó algunas muestras para la prensa. Aunque se publicita como un tercer trabajo, la producción no puede ser considerada una continuación de sus dos únicos títulos, Frank (2003) y Back to black (2006). Se trata de 12 temas -entre demos, versiones iniciales y covers- registrados entre 2002 y marzo pasado. Todos trabajados por los productores Mark Ronson y Salaam Remi.
–Our day will come: Una relectura en plan reggae de un hit del doo wop estadounidense de 1963, propiedad de Ruby & the Romantics, y que sirve para ejemplificar el espíritu de la primera mitad del disco: registrado en mayo de 2002, la grabación demuestra que, más allá del soul de calibre tormentoso, la inglesa estaba obsesionada con el pop vocal amable de los 50 y los 60. Los coros limpios, introducidos más tarde por Remi, completan el cuadro.
–Between the cheats: Una composición más reciente, de 2008, que la vuelve a poner en un tono melódico, sutil, secundada por coros vigorosos, con la misma fe en el pop de arreglos cuidados y vocalizaciones limpias. Es la primera referencia del álbum a las relaciones tormentosas.
–Tears dry: Una edición inicial del tema que explotó en Back to black y donde nuevamente cambia el arrebato por la elegancia de la armonía.
–Will you still love me tomorrow: De 2004, este cover de otro emblema del cancionero cándido, The Shirelles, es una suerte de reinvención asentada sobre una batería marcial y con un cierre que reverencia a Phil Spector.
–Like smoke: El disco da su primer giro. Acompañada del rapero Nas, es un guiño al hip hop y a su versatilidad para moverse en otros géneros.
–The girl from Ipanema: Un demo que no supera la anécdota, pero que sirve para viajar hasta su prehistoria: es de 2002, cuando tenía 18 años. Es lo más antiguo del trabajo.
–Halftime: Una de sus más tempranas referencias a las adicciones. Con su inicio acústico y su atmósfera cercana al jazz de hálito nocturno, la artista lanza: “Tu puedes tratar de pararme /Pero no tendrás oportunidad”. De 2002, es un claro antecedente de Rehab.
–Wake up alone: Otra canción en baja frecuencia, materializada en 2006 y que habla de amores fracturados. Simbólicamente, su voz se extingue sobre el final como las cenizas que se consumen tras un estallido inflamable.
–Best friends: Un demo sin gravitación, parte de las sesiones de su debut.
–Body & soul: Su dueto con Tony Bennett en marzo, su última grabación. Un lujo.
–A song for you: Un final estremecedor para una canción de 2009. Bajo ornamentaciones épicas y emotivas, la versión de un clásico de Leon Russell cierra así: “Y cuando mi vida se ha acabado / ¿Recuerdas cuando estábamos juntos? / Estábamos solos/ y yo estaba cantando esta canción para ti”.
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