En su mayoría son hombres de más de 35 años, profesionales, con pareja estable y con hijos. Como muchos están decididos a no tener más, llegan a la consulta de los urólogos queriendo hacerse una vasectomía.
La esterilización masculina es una cirugía sencilla y segura, en la que mediante una pequeña incisión de menos de medio centímetro en cada testículo, donde se cortan los conductos deferentes por los que transitan los espermios para evitar que pasen desde los testículos (donde se producen) hacia la vía seminal donde se forma el semen que finalmente es expulsado en la eyaculación. En un proceso ambulatorio, con anestesia local de no más de 15 minutos.
Sin embargo, desde hace algún tiempo se están adoptando dos nuevas técnicas: una creada por un especialista chino, donde no se usa un bisturí para cortar el escroto y los conductos, sino una tijera.
La otra es hacer una sola incisión en la línea media de los testículos, desde donde se accede a los dos conductos.
La vasectomía es muy frecuente en países desarrollados. En EE.UU. es el método preferido por el 12% de parejas en edad reproductiva. “En España, Inglaterra, Holanda, por ejemplo es más común que la ligadura de trompas”, dice Cristian Palma, urólogo del Hospital Clínico de la U. de Chile. De hecho, es un procedimiento más seguro, menos indoloro y más barato que la esterilización femenina.
Pese a que no hay cifras que den cuenta de la cantidad de cirugías de este tipo en el país, los especialistas sí aseguran que cada día más hombres llegan a consultar por esta posibilidad.
El urólogo de la Clínica Las Condes, Alfredo Hinrichs, señala que existe una “progresión paulatina y lenta”. Desde hace 10 años ha visto un aumento, que a su juicio se explica por un factor mixto: “Por un lado, hay menos ignorancia y desconocimiento respecto de la cirugía, el paciente está más informado y conversa la posibilidad de anticoncepción quirúrgica con su pareja, a lo que se suma la cobertura de las isapres”.
Dice que si hace cinco años llegaba un paciente cada seis meses a consultar, hoy son tres al mes.
El andrólogo de la clínica IVI, Tomás Olmedo, también confirma el aumento en las consultas locales, aunque aclara que todavía muy lejos del nivel de los países desarrollados.
Reversibilidad
Aunque todos los médicos coinciden en señalar que esta cirugía es “permanente” o “definitiva”, todas se pueden revertir mediante microcirugía reconstructiva. Sin embargo, el que vuelvan a salir espermatozoides sanos y capaces de fecundar un óvulo dependen de muchos otros factores que no tienen que ver con la cirugía, como la edad de la futura madre. Alrededor del 70% de las vasectomías se pueden revertir y devolver la posibilidad fecundar en forma natural al hombre, aunque esta intervención es más cara que la propia vasectomía.
Según Palma, “si está bien hecha y no se dañaron los conductos deferentes o la arteria, es relativamente efectiva al volver a unir”.
Estudios internacionales señalan que de los hombres que recurren a la vasectomía, alrededor del 3% quiere revertirla en algún momento. La causa principal: una nueva pareja con la que quieren tener hijos.
Algunas clínicas, como IVI, ofrece la cirugía junto con un año gratuito de congelamiento de espermios.
Otra posibilidad es la extracción de espermios desde el epidídimo -tubos en los que se acumulan antes de llegar a los conductos deferentes- para una fertilización asistida.
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