Las ciudades sólo ocupan el 2% del territorio del planeta, pero son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Entonces, ¿qué pasará con la Tierra si las urbes siguen creciendo?
La contribución de las ciudades al cambio climático es otro de los ángulos que analiza este informe.
Los centros urbanos son los más afectados cuando la naturaleza responde a la acción del hombre, por lo que en el futuro, más personas se verán perjudicadas por los efectos del cambio climático.
Pero, a su vez, es en las ciudades donde pueden tomarse acciones concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Estamos ante un reto que va a cambiar la forma en que vivimos en los próximos 20 a 30 años”, le dice a BBC Mundo Joan Clos, director ejecutivo de ONU-Hábitat.
Emisoras de CO2
“Las ciudades son emisoras de contaminación sólo porque los seres humanos que habitamos en ellas consumimos más energía. Sin embargo, producen menos CO2 que el país en su conjunto”, aclara Clos.
“Si dejásemos de producir gases de efecto invernadero ahora, tardaríamos unos 120 años en parar el cambio climático que ya hemos generado hoy”, Joan Clos- ONU-Hábitat.
Por ejemplo, según las emisiones per cápita de gases de efecto invernadero, la ciudad de Nueva York produce al año unas 7,1 toneladas de CO2, comparado al promedio de Estados Unidos, que es de 23.9 toneladas de CO2 anuales.
Para mitigar este fenómeno, el jefe de ONU-Hábitat dice que sólo hay dos alternativas: o generar energías no contaminantes o consumir menos energía.
“Incluso si dejásemos de generar gases de efecto invernadero ahora, tardaríamos unos 120 años en parar el cambio climático que ya hemos generado hoy”, le explica a BBC Mundo.
“Vivir más pegaditos”
Para Clos, las ciudades deben tener un rol activo en reducir sus emisiones de carbono.
“Hay tres cosas que hay que hacer lo antes posible: lo primero, cambiar los motores de combustión interna por motores eléctricos, aprovechando la energía más limpia como la geotérmica, la eólica, la hidráulica o la que se produce del gas natural”.
La segunda acción concreta es renovar las viviendas para hacerlas más eficientes, añade. Calentar o enfriar nuestros hogares consume mucha energía, y haciéndolas más eficientes se reduce el consumo.
Lo tercero “es vivir más pegaditos, para poder hacer la mayor parte de nuestros desplazamientos consumiendo menos energía: caminando, en bici, transporte público o, como último, en autos eléctricos”.
Injusticia medioambiental
Los países desarrollados son responsables del 46% de las emisiones de carbono en todo el mundo. Sin embargo, en ellos sólo vive el 20% de la población del planeta.
Las urbes más pobres están destinadas a pagar un precio más alto por el apetito consumista de las naciones más ricas.
Según revela el informe sobre “Ciudades y cambio climático”, “existe una relación inversa entre los mayores responsables de emitir gases de efecto invernadero y quienes son más vulnerables a su impacto”.
“La atmósfera es un bien que compartimos todos y al final todo lo que emitimos a la atmósfera se mezcla, y los efectos se sufren igual, tanto los que contaminan como los que no contaminan”, le explica a BBC Mundo el jefe de ONU-Hábitat.
“Por ejemplo, una ciudad muy rica que emita muy poco CO2 compra mercancías en China. Si se cuenta en la emisión de esa ciudad la parte de C02 que se generó en China para producir esas mercancías, entonces las cosas se equilibran”.
“La emisión global es la que importa; por lo tanto, da lo mismo dónde se contamine”, agrega Clos.
El reporte de ONU-Hábitat ofrece la evidencia de que el cambio climático es una realidad y que en muchos lugares está por encima del límite.
“Cada día que no actuamos perdemos tiempo. Así que los políticos de todos los países tienen que llegar a un acuerdo para mitigar los efectos del cambio climático”, afirma Clos.
Posibles efectos del cambio climático
- Unos 200 millones de personas serán desplazadas por el cambio climático para 2050.
- Para el 2080, el número de habitantes de zonas costeras será cinco veces más afectado por el aumento del nivel del mar de lo que era en 1990.
- En América Latina, de 12 millones a 81 millones de residentes viven con poca agua. Para 2050, entre 79 millones y 178 millones experimentarán su carencia.
- En la actualidad, 40 millones de personas viven en zonas propensas a inundaciones. Para 2070, la población en zonas de riesgo será de 150 millones.
Fuente: ONU-Hábitat
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