Claves para tratar la apendicitis

Por Biut y Agencias

Un fuerte dolor abdominal suele ser uno de los principales signos de padecer apendicitis aguda. Se trata de una dolencia de consulta frecuente y diagnóstico complejo, capaz de acarrear serias complicaciones a quienes la presentan.

El apéndice, un pequeño segmento en forma de tubo que se origina en la primera parte del intestino grueso o colon, se ubica en la parte inferior derecha del abdomen. Cuando éste se tapa, en su interior produce un aumento de la presión, problemas con el flujo sanguíneo e inflamación.

Para hablar de las complicaciones asociadas a esta enfermedad, el cirujano digestivo de Clínica Vespucio Dr. Marco Rioseco, señala las maneras de enfrentarla y sus formas de tratamiento.

Dolor en la parte inferior derecha del abdomen y en algunos casos náuseas y vómitos, son parte de los signos de una enfermedad de complejo diagnóstico y usualmente tratada como urgencia médica a través de cirugía.

Las manifestaciones de esta patología son muy diversas. “Lo más frecuente es un dolor abdominal que en principio es difuso y finalmente se localiza en la parte inferior derecha del abdomen. A veces se agregan anorexia, náuseas, vómitos, diarrea escasa y fiebre; síntomas que pueden corresponder a varias enfermedades”, apunta.

Al avanzar la inflamación el dolor aumenta y “el paciente tiende a no moverse ya que los movimientos del abdomen provocan mayor dolor”, argumenta el especialista.

La apendicitis aguda no es una dolencia de diagnóstico fácil. Según el Dr. Rioseco, los exámenes de laboratorio como el de orina, hemograma y PCR, pueden ayudar a su detección, pero ninguno es específico. En cuanto a los exámenes de imágenes, se dispone de la ecografía abdominal que “en pacientes delgados tiene buen rendimiento, pero a veces no logra descartar la inflamación apendicular”, señala.

En el caso de pacientes obesos, y en los que la ecografía no logra definir el diagnóstico, se debe realizar un escáner de abdomen y pelvis; examen que permite al médico ver los órganos y detectar la presencia de inflamación.

A pesar de lo anterior, hay situaciones en que no se logra tener certeza del diagnóstico, y ahí el cirujano debe hacer uso de su experiencia para decidir esperar unas horas, para fijarse en la evolución del cuadro o indicar exploración quirúrgica. “En la mayoría de estos casos si no corresponde a una apendicitis aguda, se encuentra otra enfermedad que también se resuelve con cirugía”, comenta. El cirujano digestivo de Clínica Vespucio afirma que cuando se produce inflamación del apéndice, el tratamiento siempre es quirúrgico y básicamente consiste en sacar el apéndice inflamado. “La consulta tardía puede permitir que el apéndice se perfore produciéndose peritonitis aguda, enfermedad de mayor gravedad y mortalidad”, advierte.

La cirugía se puede realizar con la técnica tradicional, que consiste en extirpar el apéndice a través de una incisión en la parte inferior derecha del abdomen o por laparoscopía a través de tres pequeñas incisiones. “La gran ventaja de ésta última, es la disminución de las molestias post operatorias, reducción de infecciones de la herida tras la operación, una menor invalidez que evita el uso de licencias médicas y además un mejor resultado estético”, explica.

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