Investigadores británicos crearon un modelo de lo que podría pasar si los habitantes de Gran Bretaña y Brasil adoptaran dietas más sanas que incluyan más frutas y vegetales, pero menos carne y productos lácteos.
En Gran Bretaña, los expertos estimaron que corregir los malos hábitos alimentarios del país evitaría que 70.000 personas murieran prematuramente de enfermedades relacionadas con la dieta, como males cardiacos y cáncer. Teóricamente también se ahorrarían 20.000 millones de libras (32.000 millones de dólares) al sistema de salud.
Pero en Brasil, las tasas de enfermedades relacionadas con una mala dieta no son tan altas como en el Reino Unido, así que los brasileños tendrían relativamente pocos beneficios de salud mientras que su economía perdería millones.
El estudio fue financiado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y publicado el jueves en la revista médica The Lancet.
“No estamos sugiriendo que las personas no tengan una dieta sana”, dijo Richard Smith, profesor de economía en el sistema de salud de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical. “Sólo tratamos de mostrar que comer saludablemente puede tener consecuencias involuntarias”.
Smith y sus colegas concluyeron que si se adoptaran dietas más vegetarianas en Brasil y en países de Occidente, eso podría costarle a la economía brasileña 815 millones de dólares.
“En un mundo idóneo, todos tendríamos una dieta perfecta”, dijo Smith. “Pero también es deseable que todos tengan un empleo”.
Smith dijo que los funcionarios debería considerar las directrices nutricionales de manera más cautelosa. Para naciones como Brasil, que dependen de exportaciones de carne, una sugerencia nutricional mundial podría ser devastadora.
Smith agregó que los expertos no deben dan por sentado que las recomendaciones nutricionales, aun cuando se sigan, mejoran la salud automáticamente.
“Uno podría decirle a la gente que compre menos carne y quizá compren bananas en su lugar”, manifestó. “Pero también podrían comprar más cerveza y vino”.
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