Es un hecho que hacer ejercicio regala años de vida, ya que los expertos coinciden en que la actividad física es una de las mejores alternativas a la hora de prevenir afecciones al corazón. Pese a ello, pareciera ser que la población chilena ha hecho oídos sordos a los llamados de las autoridades a comer sano y hacer más ejercicio, pues la Encuesta Nacional de Salud del MINSAL de 2011, fue categórica: un 67% de chilenos padece sobrepeso, es decir, tiene un índice de masa corporal (IMC) superior a 25.
Preocupante, sobre todo, si tomamos en cuenta que la cifra en niños está creciendo y la obesidad infantil es un grave problema que se presenta desde muy temprana edad. Según estudios, en menores de 6 años existe una prevalencia nacional de obesidad que llega al 9,6%, convirtiéndolos en candidatos seguros a enfermedades cardiacas, tener diabetes, presión alta u otras patologías.
Por esto, hay que moverse, comer sano y fomentar el ejercicio en familia. Así es que atención a estos datos entregados por Marcela Zapata, Jefa del Área de Salud de AIEP.
• Es necesario “parar la pandemia de sedentarismo” porque “estar activo físicamente es una de las medidas más fáciles, baratas y efectivas de terminar en una unidad coronaria”.
• Aprovecha el verano y apaga el televisor, esto, además de ahorrar energía, obligará a los pequeños a salir a jugar o a realizar juegos al aire libre. Es ideal revivir juegos como la pinta, las escondidas o el alto.
• Haz que los niños coman pequeñas porciones cada tres o cuatro horas y evita el picoteo, el apetito desmesurado y, en definitiva, muchos malos hábitos alimentarios. No es recomendable que se salten una comida.
• Aumenta su consumo de agua.
• Predica con el ejemplo, es necesario cambiar sus hábitos para tener hijos más sanos. Si los niños ven inactividad y padres que se alimentan de forma incorrecta no estarás dando un buen ejemplo.
• Hacer ejercicio en familia es algo muy aconsejable que además contribuye a la unión familiar.
• Compartir la mesa en familia. Investigaciones indican que los niños que comen con los padres consumen alimentos más sanos. Es importante hacer esto al menos una vez al día tanto para controlar lo que comen como para hacer de la hora de la comida un momento agradable y relajado.
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