La alteración más frecuente relacionada a la columna es la escoliosis, que afecta entre el 1 y 3% de la población. Su hallazgo puede realizarse de varias formas, pero como su aparición es más común durante la adolescencia, en el siguiente artículo te enseñamos cómo cuidar la salud de tu familia.
El doctor Rodrigo Varela, traumatólogo y especialista en columna de Clínica Vespucio, respondió a Biut las características, formas de prevención y detección precoz de este tipo de problemas vertebrales.
“Escoliosis es la alteración tridimensional de la columna vertebral caracterizada por una desviación o curvatura anormal en el sentido frontal, vale decir en una visión antero-posterior. Cuando esa curva es superior a los 10 grados, técnicamente se habla de escoliosis”, explica el especialista.
Primero que nada, es necesario saber que existen varios tipos de escoliosis. La más frecuente es la de la adolescencia, que tiene sobre un 80% de incidencia. Su origen es desconocido, pero hasta ahora existen fuertes argumentos de que podría provenir de factores genéticos predisponentes. El 20% restante se asocia a escoliosis congénita, es decir, producto de malformaciones vertebrales, a enfermedades de origen muscular, neurológico, traumático o tumoral.
“En general una asimetría del tronco del niño o adolescente como por ejemplo un hombro más alto que el otro, una cadera más arriba que la otra, una cintura asimétrica o una parte de la columna que sobresale a un lado de la espalda, son signos físicos que pueden ayudar a detectar esta deformidad, ya que por lo demás es una enfermedad que habitualmente no presenta dolor ni otro tipo de síntomas precoces”, indica el especialista.
Si bien esta alteración no tiene relación directa con la postura adecuada de la columna, una permanente mala posición del cuerpo puede favorecer la curvatura de la espalda. “Suele ser compleja de descubrir para los cercanos debido a que los adolescentes no exponen su torso a sus familiares y sumado a la ausencia de dolor, frecuentemente se detecta solamente al consultar al médico”, comenta Rodrigo Varela.
El traumatólogo de Clínica Vespucio agrega que el manejo de esta patología implica la evaluación por parte de un especialista, comprobación del diagnóstico a través de radiografías especificas y la intervención terapéutica con un corsé o cirugía, “dependiendo de la gravedad de la curvatura, su progresión y etapa de maduración del esqueleto del paciente”.
Consejos para su prevención
Fomentar la actividad física, involucrando idealmente mayor cantidad de musculatura.
Vigilar los patrones de postura como el uso de respaldo en sillas y utilizar los dos tirantes de la mochila (en caso de los niños)
Desarrollo de una dieta equilibrada que no implique una sobrecarga del sistema musculoesquelético.
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