Muchas veces en la vida, los padres tienen la misión de tomar decisiones que marcarán el futuro de sus hijos, especialmente cuando son niños. A medida que pasa el tiempo, no son los adultos quienes toman las decisiones, pero sí quienes miran de cerca el desarrollo y actitud de sus seres queridos.
En el siguiente artículo, te aconsejamos cómo abordar diferentes situaciones en la vida de los hijos.
LA CRIANZA: Decisiones que importan
Cuando la familia lo es todo, desprenderse de los hijos para que inicien su propio camino es un gran paso. Escoger lo mejor para ellos es sinónimo de muchas horas de discusión, sobretodo al optar por un establecimiento educacional. En este aspecto, la decisión va a estar influenciada por ideales que tenga la familia. Por lo mismo, es necesario mirarse como núcleo y preguntarse qué se espera del jardín o colegio, y qué se le quiere entregar al niño para su formación. Luego de esto, solo hay que mirar las ofertas y poner en práctica las expectativas.
Tal como lo menciona la psicóloga clínica en ciclovital, Daniela Arancibia, “como las expectativas provienen de nuestra cultura familiar, resulta esencial poder mirar la particularidad de las prácticas familiares y descubrir qué esperamos de la educación de nuestros niños para poder dar con la mejor elección”.
Otro factor relevante al decidir, es dónde recurrir para tomar la mejor elección. Al respecto, Ximena Araya, profesora del departamente de Educación de Universidad de las Américas menciona que “conocer a la comunidad educativa, tener referencias de cercanos y amistades de que corresponde a un establecimiento seguro y enriquecedor para el desarrollo”, ayudará a una decisión más imformada. Un lugar que proporcione bienestar y apoye la sociabilización de los niños, sobre todo en ciclo de educación inicial, será clave para el desarrollo futuro del menor, asegura.
LA PUBERTAD: Cambios a gran escala
La pubertad podría calificarse como la transición del menor al dejar de ser niño y pasar a convertirse en un joven. En esta etapa, se experimentan cambios físicos, emocionales y psicológicos, que suelen reconocerse bajo el término “la edad del pavo”. Para conocer más respecto de lo que significa el concepto, Daniela Arancibia explica en qué consiste y sus principales características.
- CAMBIOS. Producen una serie de impactos a nivel emocional, que conlleva a que los jóvenes no tengan claro quiénes son, qué quieren ni qué esperan de ellos.
- EFECTOS EN EL GÉNERO. Afecta de diferente manera a hombres y mujeres sólo por un tema de reloj biológico, ya que hormonalmente, las mujeres maduran biológicamente antes que los hombres, pero finalmente ambos viven los mismos procesos marcados subjetivamente por su género, cultura y familia.
- GENIO Y COMPORTAMIENTO. Son tantos cambios los que les ocurren, y tan rápidos y radicales, que les implica gastar mucha energía en poder reconocerlos, hacerlos concientes y elaborarlos, por lo que los jóvenes se muestran más cansados de lo normal, con menos tolerancia y en el mayor de los casos agresivos y oposicionistas con los padres. Para superarlo, la actividad física ayuda muchísimo. Realizar algún tipo de deporte para utilizar su cuerpo y re-descubrirlo, conocer sus nuevas capacidades y amigarse a éste.
- DURACIÓN. Puede ir desde los 12-13 años, hasta los 20 aproximadamente.
LA ADOLESCENCIA: De niños a “adultos”
La comunicación durante la adolescencia resulta vital para llevarse bien con los hijos, conocer sus intereses y a su círculo más cercano. En esta etapa, cuando los niños dejan de ser pequeños y pasan a tener relaciones íntimas con el sexo opuesto, es necesario dialogar sobre temas como sexualidad, protección y autocuidado.
El embarazo adolescente es un tema real y cercano a la juventud de hoy en día. Por eso, la importancia del tema radica en su prevención y cómo tratarla. “Seguramente los niños se mostrarán recelosos de conversarlo con sus padres, por lo que no hay que expresarlo de manera autoritaria, sino como algo natural que pueden o no, llegar a vivir”, asegura la psicóloga Daniela Arancibia.
Como padres, al intuir que los hijos tienen una vida sexual activa, recurrir a orientación médica para comenzar un tratamiento de anticoncepción es una buena alternativa de apoyo.
: LA ACTITUD CORRECTA. Si un embarazo adolescente es un periodo complicado en la vida del menor, también es un proceso de aceptación para los padres. A pesar de la negación inicial, con el tiempo suelen involucrarse en el proceso y tal como explica Daniela Arancibia, su actitud debe ser de apoyo emocional. Intentar transmitirle aprendizaje, no tomar el rol de padres del bebé y darles espacio para que vivan el proceso y puedan ir desarrollando las herramientas necesarias para enfrentar la nueva posición a la que se enfrentan.
Durante el periodo de la adolescencia, una de las características de los jóvenes puede ser la sensación de omnipotencia y esto muchas veces los lleva a tener conductas de riesgo porque no conciben los peligros como reales y piensan que a ellos NO les ocurrirá.
Lo normal es que durante esta etapa los jóvenes se afiancen mucho a su grupo de pares, ya que en grupo van construyendo la identidad y otra preocupación evidente para los padres en este ciclo son las posibles adicciones a la que los menores estén expuestos. La clave, una buena comunicación y atención sobre los intereses de los hijos.
Paralelo al proceso de crecimiento psicológico de cada persona, también se van quemando etapas formativas como el colegio. El paso a la educación superior constituye una preocupación para el estudiante, en la cuál los padres muchas veces se ven involucrados en su deseo de dar la mejor orientación académica a sus hijos. Para este caso, se recomienda estar presente en el hábito de estudio desde mucho antes de la educación media, enseñándoles cómo estudiar y que pase a ser una práctica para ellos “Todos los adolescentes tienen sueños, y hay que saber transformar esos sueños en algo real y posible y desde ahí motivarlos a que persigan aquello que esperar lograr”.
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