Dependencia emocional: ¡No me dejes sola!

Por Biut y Agencias

Francisca no tolera estar sola, cuando tiene que hacer algún trámite le pide a sus hermanas que la acompañen, cuando se va de compras llama a alguna amiga para que le aconseje sobre la ropa.  En el trabajo la historia se repite, está acostumbra a pedirle la opinión a todos sus compañeros antes de tomar una decisión. Su vida sentimental a ojos del resto es excelente, desde la adolescencia siempre tuvo un”pinche”  o un pololo que la regaloneara.

Aunque pareciera que tiene una vida normal, sin problemas, ella debe lidiar todos los días con ciertas inseguridades que la convierten en una persona totalmente dependiente del resto. La decisión de estudiar la carrera la tomó su padre, porque ella no sabía qué era lo que le gustaba,  y en vez de seguir su intuición, hace un par de años, se casó con un hombre que le agradaba más a su familia que a ella. 

Esta inseguridad de Francisca  se comenzó a gestar cuando era pequeña.  Probablemente  sus padres la ayudaban a resolver sus problemas y esta práctica con el tiempo se volvió algo usual y permanente en el tiempo, cuando en verdad ella ya era capaz de resolver sus propios asuntos. Sus padres sin darse cuenta y por mejor trataron de protegerla, una ayuda la transformó en una persona dependiente emocional.

Según el doctor Raúl Carvajal Barrios, Psicólogo de Clínica Santa María, los seres humanos nacen bajo una dependencia absoluta, única entre los mamíferos que se manifiesta desde pequeños cuando las personas necesitan de otros para crecer y desarrollarse en la vida. “El problema surge cuando comenzamos a crecer y nuestros cuidadores (habitualmente padres) comienzan a resolver cosas por nosotros que sin duda podríamos resolver; de esta forma, nos empiezan a dejar sin la posibilidad de tomar decisiones ni de asumir los costos de nuestra obligaciones”, asegura.

La dependencia emocional es la incapacidad de una persona para hacerse cargo de sus decisiones emocionales, necesitando siempre a otro que confirme sobre lo que está bien y lo que está mal. 

El equipo Biut entrevistó al psicólogo de  la clínica Santa María, Raúl Carvajal Barrios quien explicó que la dependencia emocional surge al entrar en la vida adulta de las personas. “Mientras somos niños no tenemos conciencia del daño, mientras que en la adolescencia ya hay una cierta tendencia a culpar a otros por las cosas que no nos resultan.  Al comenzar a tener relaciones adultas y ver que éstas fracasan, las perosnas empiezan a hacerse la pregunta sobre qué están haciendo mal. Ese es el inicio para darse cuenta del problema” explcia el experto.


¿Por qué se manifiesta la dependencia emocional?

Se manifiesta en la relación con otros, cuando la persona comienza a darse cuenta que no puede tomar determinaciones, o cuando realiza una encuesta permanente para cada cosa y le pregunta a cada persona de su entorno si está bien lo que está haciendo.

¿Cómo uno puede detectar cuando es dependiente emocional?

Pensando en las últimas decisiones que tomaste (en lo emocional), revisando a cuántas personas le consultas antes de tomar una postura o  si habitualmente decides lo que tú quieres o lo que prefiere tu pareja, tus padres o amigos.

¿Qué consecuencias conlleva ser dependiente emocional?

Lo principal es la mala relación que se establece con uno mismo, centrada en la inseguridad y baja autoestima. Esto tiene un impacto en la manera en que la persona se relaciona con las personas de su entorno, principalmente con las personas más cercanas.

Actualmente Francisca sabe que es dependiente emocional.  Ella  decidió ir a terapia  luego de que se separó de su marido. Su matrimonio fue una de las detonantes que la ayudó a darse cuenta que no era capaz de tomar sus propias decisiones,  que se dejaba llevar por el momento y la opinión de su familia.

“Un día me desperté y pensé que en verdad  me había casado más que por amor, porque  él encajaba perfecto en el estereotipo de hombre que le gustaba a mi familia”, asegura Francisca.

 
En una sociedad que aún está marcada por el machismo, según el psicólogo de  la clínica Santa María, Raúl Carvajal Barrios, es esperable que se encuentre con un porcentaje un poco mayor de mujeres que sufren de dependencia emocional. “Recordemos que el ser dependiente emocional, no tiene que ver con el género, sino con las circunstancias en las cuales aprendemos a relacionarnos con nosotros mismos”, asegura.

 

Enfrentando la dependencia emocional

Reconocer la enfermedad: Lo primero que debe realizar una persona que no es capaz de tomar sus propias decisiones es reconocer la enfermedad, darse cuenta del conflicto, de la necesidad de que otras personas decidan por ella o que se hagan cargo de sus cosas.

Reconocer que se necesita ayuda: Habitualmente esto se hace a través de terapia psicológica, pues se requiere  de una relación que rompa el patrón de dependencia. “Nosotros somos seres capaces de decidir sobre nuestra parte emocional, que si bien podemos conversar sobre nuestras circunstancias,  deberíamos llegar a tomar una decisión desde nosotros, mal que mal es nuestra vida y las consecuencias, buenas o malas las asumiremos, nos guste o no, cada uno”, afirma el experto.
 
Relacionarse de manera sana: Una persona dependiente emocional que asistió a terapia, aprende a relacionarse de manera sana con el entorno que la rodea, trabajo, familia y amigos. Pero más aún consigo misma.  “El respeto es fundamental”, asegura Rapul Carvajal Barrios, psicólogo de la clínica Santa María.

 

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