Sed, muchas ganas de orinar y apetito excesivo pueden ser algunas de los síntomas de la diabetes. Junto con la obesidad, esta patología se ha transformado en una de las epidemias más características del siglo XXI. Aunque las causas de estas dos condiciones se encuentran la mala alimentación, el ritmo de vida sedentario y la baja actividad física, la diabetes es una enfermedad crónica que debe ser tratada de por vida.
En el siguiente artículo, el Dr. Jaime Díaz, endocrinólogo y diabetólogo de Clínica Santa María, explica algunos básicos sobre las alteraciones asociadas al azúcar.
Existen dos tipos de trastornos asociados al cuadro previo de la diabetes: La resistencia a la insulina y la denominada pre-diabetes. La primera está relacionada directamente con la insulina, hormona encargada de controlar la glicemia.
La insulinorresistencia es de base hereditaria, genética y se puede tratar y mejorar, pero no curar o revertir definitivamente.
Usualmente, para que la resistencia a la insulina no pase a mayores, se planifica una dieta específica para cada paciente, con planes de ejercitación regular y controlado. Sólo en caso de que un especialista lo indique, el tratamiento podrá ser acompañado de algún medicamento.
En el caso de la pre-diabetes se trata de alteraciones propias de la glicemia. Este tipo de cuadros, también llamados intolerancia a la glucosa, se puede revertir si es tratada a tiempo y de forma adecuada.
Aunque el Dr. Jaime Díaz afirma que se ha registrado un aumento de la prevalencia de la diabetes en forma más o menos pareja entre hombres y mujeres, en los grupos socioeconómicos bajos se ve más entre el género femenino, probablemente porque hay un mayor sedentarismo y la alimentación es inadecuada. Adicionalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado que en Chile, la incidencia de esta patología afecta a 6,1% a hombres y en 6,5 a mujeres.
Amigas de la diabetes
En primera instancia, los pacientes requieren del apoyo y la orientación de su equipo de salud, en el que tienen un papel relevante la enfermera, su médico tratante y la nutricionista.
Siempre es recomendable seguir algunos consejos básicos de cuidado como un contrl regular con el equipo de salud, siguiendo las recomendaciones de alimentación, actividad física y las dosis de medicamentos.
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