El riesgo de la contaminación en el embarazo

Por BBC Mundo

La investigación, publicada en la revista Environmental Health (Salud Ambiental), analizó los datos de unos 100.000 nacimientos durante un período de casi dos años desde 2004 y comparó la información con datos de la calidad del aire en las regiones donde habían ocurrido los nacimientos.

Los resultados mostraron un vínculo entre el nivel de contaminación del tránsito de autos y un incremento de hasta 30% en el riesgo de tener un nacimiento prematuro.

En particular, afirman los investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA), se encontró que las partículas más peligrosas con los llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).

Estas sustancias son subproductos de la quema de combustibles, tanto fósiles como de biomasa, y desde hace tiempo han sido motivo de preocupación porque se piensa que son carcinógenos.

Los contaminantes atmosféricos ya han sido asociados en el pasado a resultados adversos en el embarazos.

Pero hasta ahora, tal como señalan los investigadores, no se sabía con precisión cómo impactan en la salud las diferentes emisiones de partículas tóxicas.

“Se sabe que la contaminación atmosférica está asociada con el bajo peso al nacer y el nacimiento prematuro” afirma la profesora Beate Ritz, quien dirigió el estudio en la Escuela de Salud Pública de la UCLA.

“Nuestros resultados muestran que los HAP vinculados al tránsito de vehículos son de especial preocupación como contaminantes y que fuentes de HAP distintas al tránsito contribuyen a nacimientos prematuros”, agrega.

Áreas específicas

Para la investigación, la profesora Ritz y su equipo utilizaron los registros del Departamento de Salud de California de mujeres embarazadas y sus nacimientos durante un período de 22 meses desde junio de 2004.

También analizaron la información de contaminación obtenida en estaciones de control ambiental, que contenía mediciones de las concentraciones de sustancias tóxicas atmosféricas específicas áreas en cada área.

Los investigadores compararon tres fuentes de información de contaminación: la de las estaciones oficiales de control ambiental (que incluía mediciones de monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y material particulado fino), datos sobre sustancias químicas tóxicas recogidos por el South Coast Air Quality Management District (Distito de Control de Calidad del Aire de la Costa Sur) y un modelo de contaminación de tránsito vehicular.

Al integrar toda esta información los investigadores lograron obtener un registro detallado sobre las concentraciones de sustancias tóxicas y la ubicación de cada contaminante.

“Nuestros resultados muestran que los HAP vinculados al tránsito de vehículos son de especial preocupación como contaminantes y que fuentes de HAP distintas al tránsito contribuyen a nacimientos prematuros Dra. Beate Ritz.

Y al estudiar la información de las mujeres embarazadas se tomaron en cuenta varios factores, como edad, raza/origen étnico, educación y número de partos.

Los resultados, afirman los científicos, mostraron que algunas sustancias eran muy específicas a determinadas zonas, por ejemplo vinculadas a la industria o urbanización.

Pero el análisis general mostró que la exposición a los tóxicos peligrosos como los HAP aumentó en 30% el riesgo de que las mujeres tuvieran un nacimiento prematuro.

Otras sustancias contaminantes, como el benceno y el material particulado fino que libera el humo de la gasolina diesel mostraron un aumento de 10% en los nacimientos prematuros.

“Las concentraciones de estos contaminantes eran más altas en invierno y más bajas en las zonas costeras” afirman los autores.

“Lo que indica que los patrones locales de clima juegan un papel importante en la dispersión de contaminantes”.

Los científicos también encontraron un incremento de 21% en el riesgo de nacimientos prematuros con la contaminación de partículas finas de nitrato de amonio.

Tal como explica la doctora Ritz “el incremento en el riesgo de nacimientos prematuros debido a las partículas de nitrato de amonio sugiere que los contaminantes secundarios también están teniendo un impacto negativo en la salud de los bebés nonatos”.

“Para reducir el efecto de estos contaminantes en la salud pública es importante incorporar modelos precisos de contaminación atmosférica local y regional en las políticas de contaminación”, agrega.

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