En la película “Amor Ciego”, Jack Black interpreta a un tipo superficial y prejuicioso que se enamora del personaje interpretado por Gwyneth Paltrow, creyendo que se trata de una rubia esbelta, cuando en realidad pesa más de 100 kilos. La cinta es una caricaturización de la superficialidad masculina frente al aspecto físico femenino. Ahora una encuesta realizada en Estados Unidos revela que pese al discurso público, el físico sí importa en el amor y lo suficiente como para terminar con él.
El sondeo, realizado por el sitio AskMen.com a más de 70 mil personas, reveló que un 48% de los hombres reconocen que serían capaces de terminar la relación si sus parejas aumentan de peso. Esta cifra sorprende cuando se contrasta con la de las mujeres: sólo el 20% de ellas haría lo mismo.
Susana Ifland, directora de la Sociedad Chilena de Sicología Clínica, dice que tal diferencia de criterios es algo que ve constantemente en su consulta. Es que ellos le entregan mayor relevancia al atractivo físico a la hora de definir sus relaciones. “Son mucho más visuales. Las mujeres, en cambio, se preocupan de lo que el hombre les dice y de lo táctil”, asegura.
No es la primera vez que un estudio da cuenta de este fenómeno. Una investigación realizada por la Universidad de Tennessee, EE.UU., en 169 parejas recién casadas y menores de 35 años, reveló que en las parejas donde la mujer era más delgada, éstas mostraban mayores índices de satisfacción con su relación. Los expertos siguieron a los matrimonios durante cuatro años, pidiéndoles cada seis meses llenar cuestionarios. De esta manera comprobaron que la satisfacción conyugal disminuía en la medida que aumentaba el tiempo que llevaban casados, pero que en las parejas donde el IMC femenino (índice de masa corporal) era menor, los índices de satisfacción eran significativamente más altos.
¿Por qué? Según Andrea Meltzer, de la Universidad de Tennessee y autor del estudio publicado en la revista de Ciencias Sociales Psicológicas y de Personalidad, este efecto se produce debido a que la sociedad les exige a las mujeres tener una buena y esbelta apariencia, lo que se traduce en maridos que sienten mayor satisfacción cuando sus parejas encajan en estos cánones. Ellas, en tanto, están más contentas por un tema de solidaridad: “Creemos que las mujeres son felices, porque sus maridos lo son”, dijo el experto.
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