Muchos modelos, mucho taco, muchos colores, pero los especialistas aconsejan no guiarse mucho por la moda y tomar en cuenta también otros factores a la hora de escoger un zapato.
“No se debe escoger un calzado sólo pensando en lo estético, sino que también en la calidad, como una ayuda externa para que nuestro pie y las extremidades inferiores cumplan una correcta función en amortiguar fuerzas, permitir nuestro desplazamiento y acomodarnos a las irregularidades del terreno”, dice Marcelo Tello, académico de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello.
Existen zapatos adecuados a los distintos tipos de pie. Dependiendo de si éste es un pie plano, requerirá un calzado con mayor firmeza o soporte en el retropié y mediopié, mientras que si el pie es rígido o cavo (empeine alto), el calzado adecuado debe ser más suave y blando.
Juanetes y tendinitis
Existen varias enfermedades que afectan a nuestros pies debido a una mala elección del calzado. “Están aquellas derivadas de calzados muy estrechos o con tacos altos, lo que predispone a la aparición de Hallux valgus (juanetes), Neuroma de Morton, Dedos en garra o en martillo”, detalla el kinesiólogo. Si el calzado es muy duro o inadecuado para el tipo de pie se puede producir Fascitis Plantar (Inflamación de una fascia en la planta del pie), tendinitis del tendón de Aquiles, etcétera.
El académico de la U. Andrés Bello recomienda en general que los niños pequeños estén descalzos la mayor parte del tiempo posible en casa. “Los pies son una fuente vital de información propioceptiva al cerebro y su estimulación mecánica es necesaria para el desarrollo postural y de los patrones de movimiento durante los primeros años”, explica.
Un buen calzado debiera ayudar a estabilizar el calcáneo y retropié, ayudar al desarrollo de la bóveda plantar y los arcos, agrega el especialista. En los adultos, el calzado tanto para hombre como mujeres, debe permitir al pie expandirse dentro de él y no estrujarlo ni comprimirlo. “Debe ser ancho para permitir su correcto funcionamiento mecánico. Un taco mayor a 4 centímetros comienza a alterar la correcta mecánica del pie”, concluye Tello.
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