Ellos son blanco o negro. Ellas prefieren los grises. Así podrían definirse los resultados de un experimento realizado por investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido), que revela que los hombres tienden a realizar juicios más categóricos que las mujeres y que éstas son más propensas a matizar sus elecciones y decisiones.
El trabajo, que se publicará en Archives of Sexual Behavior, pidió a 113 personas clasificar 50 objetos, usando tres alternativas: fuera de la categoría, dentro de ella o “parcialmente en la categoría”. Por ejemplo, les preguntaron si el tomate es una fruta, si un pulpo es un pez o si una silla de ruedas es un vehículo.
Los resultados fueron reveladores. “Las mujeres fueron un 23% más propensas que los hombres en elegir la categoría “parcial”. En otras palabras, los hombres eran más decididos o tajantes, mientras que las mujeres eran más flexibles y abiertas de mente en sus juicios”, dice a La Tercera Zachary Estes, autor del estudio.
Investigaciones anteriores habían demostrado que los hombres y las mujeres procesan el lenguaje de manera diferente. En esta ocasión, los científicos querían investigar si las diferencias entre los sexos también se traducen en juicios más o menos concretos. Y así fue.
Aunque el estudio no indaga en las causas del fenómeno, para Zachary éste podría explicarse en una combinación de predisposición biológica y medioambiente social. “Es, sin duda, una mezcla de naturaleza y educación. Por supuesto, los niños podrían ser fácilmente entrenados o socializados. Lo que es más interesante, en mi opinión, es la probabilidad de que también exista un componente biológico”, dice.
De hecho, el experto plantea que tras el hecho de que los hombres sean educados para ser decididos y las mujeres a matizar más sus opiniones puede haber una base biológica evolutiva, “ya que la afirmación es una forma de dominación y la deferencia es una forma de presentación, y estos dos comportamientos son apropiados para diferentes roles en el juego de la atracción”, explica.
De hecho, Vickie Pasterski, otro de los autores del estudio, ha realizado investigaciones anteriores que muestran que las hormonas prenatales influyen en conductas que, anteriormente, se consideraban exclusivamente de la socialización, como la elección de juguetes entre los niños pequeños. “Es muy posible que esta diferencia de sexo en el estilo de juicio sea también parte de la naturaleza, además de la crianza”, dice Zachary.
Con todo, para el psicólogo de la U. de Warwick nada indica que un método sea intrínsicamente mejor que el otro. “Por ejemplo -dice-, los hombres que son médicos pueden diagnosticar rápido y con seguridad una enfermedad, y aunque eso significa un tratamiento temprano, es obvio que tiene una gran desventaja si el diagnóstico está equivocado. Allí los juicios más abiertos de las mujeres podrían ser más efectivos”.
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