Como ya es costumbre ver en las pasarelas de alta costura, Louis Vuitton no sólo presentó su nueva colección sino que además, lo hizo haciendo un “show” donde las modelos estaban sentadas sobre un carrusel de corceles blancos. Así comenzó el lanzamiento de la firma para la temporada primavera-verano 2012.
Siguiendo la línea de todas las grandes firmas de moda, Louis Vuitton se la jugó por utilizar la paleta de colores pasteles como azules, rosas, verdes agua y amarillos, entregando un aire de romanticismo puro, sin dejar el estilo y elegancia de lado. Así es como se pueden encontrar prendas inspiradas en la feminidad de los años 50 y 60 como vestidos “lady” y conjuntos de dos piezas que incluyen rectas chaquetas y faldas con cierto volumen que alcanzan a estar por debajo de la rodilla.
Las miradas estuvieron enfocadas en la modelo Kate Moss, quien nuevamente fue elegida por Marc Jacobs para ser la estrella de la noche y la encargada de cerrar el desfile en el marco del Fashion Week de Paris, una de las principales ciudades de la moda. La británica fue el broche de oro con su vestido blanco marfil, sin mangas y decorado con flores y plumas de avestruz.
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