La experiencia ha sido tremendamente enriquecedora, primero; porque me he permitido traspasar mis emociones positivas a un sinfín de sujetos extraños sin esperar nada a cambio, con un simple “Buenos Días”, “Buenas Noches” y “Que tenga un buen día”, segundo; he vuelto a movilizar mis atrofiadas piernas, ponerme un buen par de zapatillas y caminar mucho, lo que efectivamente es un cambio positivo para mi salud, y tercero y no por eso lo menos importante, me doy cuenta lo tremendamente CARA DURA que somos los chilenos, y digo somos, porque yo misma he caído en este juego fácil y absurdo del “permisooo”, cuando la maquinita suena cueeec, en lugar de biiiiip, cuando acusa insuficiencia en el saldo de las tarjetitas bip.
Hoy me senté en el primer asiento del micro y logré darme cuenta de lo peculiar que es el servicio, comprobando que uno de cada diez pasajeros promedio simplemente NO PAGA SU PASAJE. Unos, se nota de inmediato que es coincidencia y que se dan cuenta en el minuto que no tienen saldo, sin embargo el resto muy patudamente solo dicen permiso e incluso otros tanto siquiera dicen algo, solo pasan y como si fuera poco los muy patudos se sientan y no ponen atención si otro pasajero necesita más que él del asiento para poder cederlo.
Conductas como esta me avergüenza como ciudadano chileno, ignoro si esto se repite en otros países, pues no he viajado como para hacer el estudio. Sin embargo, no creo necesitar un estudio para comprobar y convencerme de la patudez humana y sobre todo la nuestra.
Lo único que puedo decir por ahora, que espero que los pacientes choferes sigan cultivando paciencia y tolerancia, puesto que no todos aceptan este engaño con mucho humor, a pesar que esto (tengo entendido) no afecta en nada el pago de su salario, pero como sea, es un trabajo digno que hay que valorar y respetar como cualquier otro. Estoy segura que ninguno de esos pasajeros que suben y se hacen los lesos con el pago de su pasaje, le gustaría que su trabajo lo desvaloraran intentando hacerlos lesos a ellos con lo que hacen.
Hagamos la diferencia amigos míos, este mundo es redondito y tarde o temprano recibiremos de regreso pasadas a llevar así como nosotros en alguna oportunidad lo hemos hecho con nuestro prójimo.
Respeto por sobre todas las cosas y sobre todo respeto ante nuestro hijo, para que aprendan de nosotros las buenas conductas no las malas por muy pequeñas o graciosas que parezcan.
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