¿Para qué es bueno el vino?

Por Biut y Agencias

Según datos del SAG, el consumo de vino en Chile ha ido aumentando en un 1.6 % anual, desde del año 1991. Está presente en celebraciones, actos sociales, reuniones de negocios, entre muchos otros momentos. Pero, ¿cuáles son sus propiedades?

“Por la calidad del vino producido en nuestro país, se ha posesionado entre los mejores del mercado según las estadísticas de exportación a nivel mundial”, explica Claudia Rojas, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.

Efecto antioxidante

“Se asume que el aumento en su consumo, también se debe a las propiedades que le son atribuidas a esta bebida, como el efecto antioxidante, antitrombótico y aumento en la concentración de colesterol HDL (colesterol “bueno”). En su conjunto ayuda a prevenir las enfermedades coronarias y ciertos tipos de cáncer; esto siempre y cuando, se haga en forma moderada”, destaca la profesional.

Los antioxidantes provenientes del vino son ácidos fenólicos, cinámicos, derivados de tirosina, estilbenos ,flavonoides y los taninos de los vinos tintos, sustancia natural, astringente y amarga que proceden de la maceración de la piel de la uva, se le asignan propiedades de mejora cardiovascular. “Además estudios recientes han demostrado que el resveratrol puede ayudar a retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades como el Alzheimer. Por ello que se recomienda 120 ml diarios de vino tinto (una copa pequeña)”, dice Claudia Rojas.

La capacidad antioxidante del vino va a depender de su contenido en polifenoles, que provienen principalmente de la piel u hollejo de la uva y de las pepas. Pero también de los flavonoides donde destacan la quercetina y el resveratrol, que han sido protagonistas de muchos estudios en los cuales se ha comprobado su poder cardioprotector, antioxidante, anticancerígeno y antiinflamatorio.

Aporte nutricional

Por otro lado, su aporte nutricional no varía significativamente entre el vino tinto y blanco y cada 100 ml de vino contienen, por ejemplo, 84 calorías, 0,07 proteínas y 8mg de calcio. A esto se suma 5 mg de sodio y Vitamina B-6, 0,054, entre otros.

Según explica la académica de la UNAB, el patrón de consumo saludable es aquel que atiende a la cantidad (un vaso en mujeres y hasta dos en hombres de 150 ml), a la oportunidad y a la frecuencia del consumo. “El momento más oportuno para consumir vino es aquel en el cual no se requiera una posterior alerta máxima de los sentidos, por ejemplo, una actividad intelectual o física y menos conducir bajo los efectos del alcohol, reconocido como el principal causante de los accidentes de tránsito y atropellos”, dice.

Hay que considerar, además, complementa la nutricionista que la moderación en el consumo de bebidas alcohólicas se adquiere y se aprende en familia. “El entorno familiar es preciso para que los jóvenes tomen conciencia de los peligros a que están expuestos por el consumo excesivo de alcohol”, concluye la experta.

 

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