Sin agua no podemos vivir y es por eso que los expertos recomiendan a los adultos beber entre seis a ocho vasos durante el día, mientras que los niños deben tomar al menos cuatro a seis vasos desde los seis meses de vida.
Pero muchas veces olvidamos o pasamos por alto estos consejos, pudiendo experimentar pequeños cuadros de deshidratación y síntomas como dolor de cabeza o aumento de la temperatura corporal, entre otros. Según explica la Dra. Cecilia Castillo, pediatra y nutrióloga de Clínica Avansalud, “el agua es un componente fundamental para la vida y la base de una alimentación saludable, por lo que debe estar siempre presente cuando nos alimentamos”.
En cuanto a si es mejor beber agua de la llave, mineral o filtrada, la Dra. Castillo comenta que no importa mayormente el tipo, pero el requisito básico para que podamos consumirla “es que haya sido tratada, es decir, ser potable o provenir desde fuentes naturales o manantiales, como son las aguas minerales. Estas últimas se caracterizan por ser naturalmente libres de contaminación química y bacteriana y no haber recibido ningún tipo de tratamiento”.
Además, debemos estar atentos y aumentar la ingesta de este líquido en climas cálidos, cuando se practican deportes y en algunas situaciones especiales como fiebre o enfermedades diarreicas.
Los beneficios del agua en nuestro cuerpo
• Es el medio de transporte de todos los nutrientes y productos de desecho metabólico
• Tiene una gran capacidad para atrapar el calor, por lo que participa en la regulación de la temperatura corporal
• Mejora la hidratación de la piel y el cuerpo en general.
•Mantiene nuestras estructuras celulares, ya que los enlaces de hidrógeno entre moléculas de agua proveen factores de cohesión y ordenación
•El agua es un buen lubricante y protector de los tejidos sensibles, por lo que es un componente fundamental en articulaciones, tubo digestivo y mucosas.
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