Con el trascurso de los años la piel del rostro va perdiendo su normal elasticidad y firmeza. Sin embargo, esta incomodidad que afecta a hombres y mujeres sin distinción se puede enmendar con una simple e indolora técnica. Se trata de un tratamiento láser de luz infrarroja adaptada para el calentamiento dérmico profundo y continuo del rostro y cuello.
“Titan”, la última tecnología en rejuvenecimiento ya cuenta con el apoyo de expertos en el área. La Dra Vierocka Tomulic, dermatóloga de la Clínica Dermovein, afirma que este láser es bastante potente y la calidad de luz es excelente; por tanto, los resultados se obtienen con menor cantidad de sesiones. “La función del infrarrojo es calentar la fibra elástica, que se encuentra en la segunda capa de la piel, para que se retraiga y de esta forma pueda recuperar la elasticidad”, explica.
Efectividad en resultados
Según la dermatóloga, la eficiencia de los resultados radica en cómo se suministre el láser. “La luz se aplica directamente a la piel mediante movimientos circulares, durante ocho segundos por sector. El calor, que se deposita en la dermis, contrae el colágeno, tensiona la piel; y luego de unos días se forma nuevo colágeno, generando una reestructuración dérmica. Los efectos se pueden apreciar al final de la primera sesión, que dura aproximadamente 40 minutos, y lo ideal es practicarlo una vez al mes durante tres meses”, precisa.
El procedimiento es recomendado para personas con algún grado de flacidez en cara y cuello, específicamente en papada y mejillas.
Esta técnica es menos dolorosa que otras similares y no requiere un período de recuperación. “No tiene efectos adversos, no produce quemaduras, ni daños de ningún tipo. De hecho, se puede efectuar en cualquier época del año”, dice Vierocka Tumolic.
Las propiedades de la técnica son muy naturales ya que se trabaja a través de la misma materia prima del paciente. Se recomienda iniciar este tratamiento a partir de los 40 años, cuando recién se comienza a visualizar algún grado de flacidez. Aunque si se aplica desde los 35 años, se evita el gasto de la fibra elástica, funcionando de manera preventiva.
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