Hoy hay mujeres astronautas y presidentas, académicas y empresarias, propietarias de tierras y de negocios. En varias partes del mundo, las mujeres gozan de libertades que hace 100 años, cuando se celebró el primer Día Internacional de la Mujer, eran impensables.
El movimiento de las sufragistas (suffragettes, en inglés) de fines del siglo XIX y principios del XX fue un antecedente clave. Posteriores movimientos feministas han puesto énfasis en la igualdad entre hombres y mujeres.
Pero como lo muestran datos globales, pese a las décadas de lucha contra la desigualdad de género ésta es una pugna que permanece aún vigente.
Aunque los avances logrados en el último siglo son significativos respecto al derecho a votar, al reconocimiento de su trabajo, a la educación, a ocupar instancias de decisión y acabar con la discriminación, los siguientes gráficos indican que la sociedad aún tiene un buen trecho por recorrer.
Empleo y salarios
En la mayoría de los países, las mujeres ganan entre el 70% y el 90% de los salarios de los hombres, y la brecha es aún más amplia en algunos países latinoamericanos.
El gráfico se apoya en la base de datos sobre sueldos mundiales de la Organización Internacional del Trabajo, OIT (2009). Las cifras son para el período más reciente del que se dispone: 2006-2008.
Las mujeres tienen el 41% de los empleos totales en el sector no agrícola, dice ONU Mujeres, la entidad de Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento femenino cuya directora ejecutiva es Michelle Bachelet, la ex presidenta de Chile.
En Asia meridional y occidental y en África del Norte, según ese organismo, el empleo de las mujeres fuera de la agricultura sigue siendo extremadamente limitado: constituye sólo un quinto de los trabajos en la industria y el sector de servicios.
Más de la mitad de las mujeres del mundo (53%) tienen ocupaciones vulnerables, como empleadas domésticas sin remuneración y trabajadoras por cuenta propia.
La participación de la mujer en la fuerza laboral en América Latina y el Caribe es similar al promedio mundial, pero inferior a la de algunas regiones, particularmente Asia Oriental y el Pacífico, donde la cifra supera el 70%, según indican datos del Banco Mundial.
El gráfico se apoya en un informe de esta entidad (2009) y usa la base de datos GenderStats, con cifras de 2007.
El informe del organismo también señala que la participación femenina en la fuerza laboral tiende a concentrarse en unos pocos sectores, principalmente comercio, educación y salud, situación que las vuelve más vulnerables ante crisis específicas.
Acceso a la tierra
Pese a que las mujeres componen la mayoría de los agricultores a pequeña escala y tienen una función crucial en materia de seguridad alimentaria en los países en desarrollo, los planes de distribución de la tierra suelen estar dirigidos en su gran mayoría a terratenientes hombres, señala ONU Mujeres.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) indican que la propiedad de tierras agrícolas por parte de las mujeres representa sólo una fracción de la de los hombres.
La información es del periodo más reciente del que se dispone (2001-2005) y se apoya en la base de datos de género y derecho a la tierra (2010) de la FAO.
Liderazgo político
ONU Mujeres destaca que en ninguna región del mundo se ha logrado el nivel del 30% de puestos de liderazgo a cargo de mujeres.
Hasta la fecha existe sólo un 18,6% de mujeres en los parlamentos de todo el planeta. Sin embargo, 29 países han alcanzado o sobrepasado el 30%. De esas 29 naciones, por lo menos 24 han introducido cuotas en el Poder Legislativo.
En todo el mundo, las mujeres ocupan apenas el 16% de los puestos ministeriales.
Cuotas en América Latina
Cuando Dilma Rousseff asumió la presidencia de Brasil, se sumó al grupo de mandatarias que en años recientes han tenido a su cargo el destino de sus países en América Latina: Laura Chinchilla (Costa Rica), Cristina Fernández (Argentina), Michelle Bachelet (Chile) y Mireya Moscoso (Panamá).
La inserción de mujeres en puestos de decisión se ha visto reforzado en la región por cambios en las leyes electorales para establecer cuotas de inscripción de candidatas a los congresos nacionales.
El ejemplo que pinta el gráfico a continuación refleja cuán dramático es el cambio que puede marcar la aplicación de una ley de cupos, en este caso a fines de la década de los años 90:
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