Se convirtió en todo un ícono de la moda. Y ahora, con su fallecimiento, Karl Lagerfeld se convirtió de inmediato en una leyenda.
Una que, sin duda, realizó grandes aportes al mundo de la moda. Su excentricidad y el hecho de convertir los desfiles en todo un espectáculo, son dos cosas que siempre recordaremos.
No obstante, junto con esto, su lengua viperina también será parte de su legado, con frases tan polémicas como la que dirigió en 2009 contra las modelos curvilíneas.
“Nadie quiere ver mujeres gordas en las pasarelas… Las mamás gordas que se sientan frente al televisor con sus bolsas de papas fritas son las que dicen que las modelos delgadas son feas”, fue parte de lo que señaló a la revista Focus, generando gran polémica.
Es que al modisto jamás le gustaron las rellenitas, y fue acusado en varias ocasiones de obesofobia. Tanto, que el año 2013 una asociación francesa que lucha contra la discriminación de las mujeres obesas, lo acusó por sus “declaraciones difamatorias y discriminatorias contra la comunidad de mujeres subidas de peso”.
¿Su respuesta? “La moda es efímera, peligrosa e injusta. Si no lo aceptas, elige otra área profesional, como la Seguridad Social”.
La dieta de Karl
Tanta fue su obsesión con el tema del peso que el diseñador, que en un inicio era un hombre mucho más corpulento que usaba llamativos abanicos, decidió bajar 42 kilos sólo para poder ponerse los trajes de Dior.
“Quería vestirme de otra manera. Llevar la ropa del diseñador Hedi Slimane, que trabaja en Dior Homme, pero para eso debía adelgazar 40 kilos”, señaló. Y lo hizo. Todo para poder lucir los diseños de mínimos pantalones pitillos y estrechas chaquetas.
¿Cómo lo hizo? “Se limitó a ingerir verduras verdes, lácteos desnatados y suplementos alimenticios. Desterró hasta los restos cualquier producto con azúcar, y confesó sobrevivir a base de pastillas (aportes de vitaminas y minerales) y Coca Cola Light, a razón de siete diarias”, consignaron en el sitio Mujerhoy.com.
“Fue importante para mi credibilidad profesional demostrar que era capaz de crear transformaciones no solo a través de mis diseños, sino en mi propia apariencia”, admitió el modisto, cuyo régimen alimenticio quedó plasmado en un libro que publicó junto al doctor Jean Houdret, titulado The Karl Lagerfeld Diet.
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