Los métodos menos invasivos e indoloros que han surgido en el área de a salud se han convertido en los favoritos de muchas personas, porque más allá de ser cómodos, han disminuido la dependencia a los productos orales, como píldoras o jarabes, que muchas veces no son tan agradables, debido a los efectos secundarios que pueden provocar sobre todo al sistema digestivo. En la actualidad, el sistema más de moda y que lidera el grupo es el de los parches y su gracia está en que pueden controlar distintas reacciones, simplemente adhiriéndolos a la piel.
Para que conozcas más sobre esta forma que ha venido a alivianar la mochila de responsabilidades de las mujeres, a continuación te mostramos para qué sirven y cómo puedes usarlos:
Parches para aliviar los dolores menstruales
El síndrome pre menstrual (SPM) es una de las mayores molestias que las mujeres pueden tener, debido a que no sólo provoca dolores corporales, sino porque también afecta el estado anímico, pero lo bueno es que ahora también puede combatirse con parches.
A nuestro país este sistema llegó con el nombre de Calmafem y funciona entregando calor de forma prolongada -entre 8 y 10 horas- a la zona del vientre. Esto relaja los músculos y aumenta el flujo y el microflujo sanguíneo de los tejidos, produciendo efectos analgésicos.
Al mismo tiempo, estos parches estimulan las terminaciones nerviosas que son sensibles a la temperatura, interrumpiendo y bloqueando el proceso de transmisión del dolor. Son económicos (el valor de cada parche es de $2.500 y el set de tres cuesta $6.490 en farmacias Cruz Verde), se usan pegándolos en la zona delantera de la ropa interior -no en la piel- y una vez transcurrido el tiempo de uso deben botarse.
Parches anticonceptivos
También se conocen como parches transdérmicos y corresponden a un sistema anticonceptivo hormonal femenino. Su presentación es un pequeño adhesivo cuadrado que, al pegarlo en la piel, segrega hormonas desde la epidermis hasta el torrente sanguíneo. Estas hormonas que se llegan a la sangre son una combinación de estrógenos y progesterona, que realizan diferentes cambios en la mujer y su sistema hormonal con el fin de evitar embarazos.
Una de sus cualidades es que anulan la ovulación espontánea, por lo tanto impiden que salgan óvulos del ovario, ya que generan cambios fisiológicos en la capa del útero -donde se deposita el embrión- por lo tanto hacen imposible la concepción.
Se usa pegándolo en cualquier parte del cuerpo, a excepción del pecho. Normalmente las mujeres lo utilizan en zonas como las nalgas, los brazos, la espalda y el abdomen. Cada parche tiene una duración de una semana, por lo que debe cambiarse cada siete días.
En tanto, si recién vas a comenzar a utilizar este método anticonceptivo, el primer parche que te pongas debe de ser el primer día de la regla, además los especialistas recomiendan evitar ponerlo siempre en el mismo lugar, ya que podría irritar la piel y hacer más difícil la absorción de las hormonas.
Parches con nicotina
Este tipo de parche es usado para tratar la adicción al tabaco, como terapia para reemplazar la nicotina y su misión es suplir las ganas de fumar un cigarro. Eso se explica, porque cuando éste se pega en la piel (normalmente en el brazo, hombro o en el trasero), libera una dosis de nicotina inferior a la de un cigarro, pero logrando la liberación de endorfinas, lo mismo que provocaría la dosis de tabaco que consume una persona promedio.
No hay cifras exactas sobre su efectividad, sin embargo varias investigaciones han detectado que sirven más que los chicles de nicotina. En tanto, las únicas contraindicaciones que tienen es que no deben ser usados durante el embarazo, pues la nicotina del parche puede provocar defectos cognitivos relacionados con la audición del feto.
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