Las Flores de Bach son preparaciones naturales, formuladas a partir de ciertas flores y brotes de árboles silvestres, que conforman un sistema terapéutico. Fueron desarrolladas por Edward Bach, quien fue un destacado licenciado en ciencias y médico. Actualmente, existen varios terapeutas de Flores de Bach, quienes ofrecen sus servicios a personas que sufren distintas dolencias, como ansiedad, estrés, problemas para concentrarse, etcétera.
Según Edward Bach, estar saludables o no depende en gran parte de los patrones mentales y emocionales que los afectados presentan, ya sea estados temporales como la pena y la rabia, o de la personalidad del sujeto, es decir su carácter.
La terapia floral
Andrea Calvo, terapeuta floral, nos explicó que el sistema floral de Bach consiste en 38 remedios o esencias, de los cuales 12 representan a grupos o tipologías de personalidad, llamadas curadores. También encontramos las llamadas ayudantes, que son siete aspectos secundarios de las anteriores o extensiones de los mismos, y 19 esencias más, llamadas los restantes, que vendrían siendo obstáculos o barreras personales en situaciones muy concretas y que son externas a nuestra personalidad, como por ejemplo los temas de inferioridad, la culpa, el rencor, entre otras. La terapeuta nos dice que estos sentimientos “se van adquiriendo con el tiempo, igual que un mal hábito que, a la larga, nos puede pasar una cuenta muy amarga, como es la enfermedad”.
Uno de los aspectos más importantes de las terapias con Flores de Bach, es que deben ser personalizadas y adaptarse a cada persona. Bach, desde un principio, entrevistaba a sus pacientes para saber más de ellos, más allá del diagnóstico físico.
Andrea explica que hoy en día, muchas personas se equivocan en relación al tratamiento, pues “se trata a estas esencias como si fueran prescripciones alopáticas para el sueño, la ansiedad y otros temas, los que fácilmente puedes comprar en una farmacia. Cuando en realidad el descubrimiento Bach se basa en que nada es uniforme, por lo que todo depende de la persona y para eso, es absolutamente necesario ir a terapia con alguien calificado, que te ayude a deshacerte de lo que te enferma, como si tales patrones fueran capas de una cebolla, que debemos retirar para llegar al fondo del asunto”.
¿A quiénes puede ayudar la terapia floral?
“Puede ayudar a las personas en formas y situaciones infinitas, ya sea en temas emocionales, mentales y físicos. Desde esta terapia, se parte de la base de que el sufrimiento y por ende la enfermedad, se produce por una discordancia entre el Ego y tu ser Superior, que es el alma y la esencia de la persona. En el Ego radicarían los defectos, los patrones mentales y emocionales que nos hacen padecer y en el ser superior, la conciencia absoluta, como las virtudes y la plenitud. La terapia floral ayuda a re-conectarnos con nuestro ser superior y así reemplazar el defecto por la virtud que necesitamos para salir del estado que nos aqueja, eliminando lo que nos causa dolor”.
Esta terapia puede ser muy positiva para toda persona que sienta o quiera hacerse cargo de patrones que le afectan negativamente, sin necesariamente estar enfermo. “De hecho, antes de llegar a ese punto, hay cosas imperceptibles que suceden y que, por más que seamos inconscientes de ellas, nos están afectando a cada momento. Esta terapia tiene un carácter fuertemente preventivo, por lo cual, la invitación que ésta nos hace es a ocuparnos de nuestra salud desde la raíz y a tomar responsabilidad sobre quién soy y cómo me afectan las y de esta forma buscar un medio para eliminar lo que ya no me sirve o me juega en contra”, dice Andrea.
¿Cómo son las sesiones de terapia?
“Las sesiones son un espacio de conversación entre consultante y terapeuta, por lo general son de una hora, con una frecuencia mensual o cada tres semanas. Aquí se trabajan los temas e inquietudes por los cuales la persona ha acudido y que son propuestos por ellos, no por el terapeuta. Al final de la sesión, se preparan las esencias en un frasco gotario de 30 ml, donde las esencias se combinan con agua mineral y brandy, que actúa como conservante. Se ingieren debajo de la lengua, según la toma indicada por el terapeuta. La más común es de 4 gotas 4 veces al día”.
Además agrega que los consultantes se hacen responsables de su proceso de sanación, siendo protagonistas y gestores de su evolución. El terapeuta escucha, acompaña, ayuda, contiene y prescribe las esencias según lo que se habla en la sesión de terapia.
¿En cuánto tiempo se pueden ver los resultados?
“Dependerá mucho de lo activo que sea el sujeto con respecto a su proceso, además de tener rigurosidad en la toma y frecuencia de los remedios prescritos. En mi experiencia, los resultados son notorios para el consultante desde la primera sesión”.
Es importante mencionar que este tipo de terapias se pueden complementar con la medicina tradicional. Respecto a los tiempos de tratamiento, es el propio consultante el que decide cuándo terminar, sin embargo la especialista comenta que “la gran mayoría sigue asistiendo para trabajar otros aspectos de su personalidad, con la finalidad de seguir conociendo su verdadera esencia y mantenerse en salud”.
La terapia puede ser usada en niños por ejemplo que tengan problemas de hiperactividad o falta de concentración. También le puede servir a personas con depresión, procesos de duelo y enfermedades tan complejas como el cáncer, la fibromialgia, VIH, trastornos de alimentación, entre otras.
Para contactar a Andrea Calvo puedes hacerlo al correo ita.calvo@gmail.com.
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