Castro, de 34 años, aseguró, en conversación con Efe, que hay relación entre la medicina, la moda y el cine.
Recordó que tras cinco años en una escuela de medicina en su país, abandonó los estudios para seguir su pasión por la moda.
“Fue algo gradual y en un punto me di cuenta que lo mío no estaba en la ciencia, sino en la moda. Ahora me doy cuenta de la razón por la cual me interesaba la medicina, y es porque tiene que ver mucho con las personas, con el cuerpo”, comentó.
“La medicina es el diagnóstico del cuerpo por dentro y la moda se encarga del cuerpo por fuera”, afirmó Castro, que a la par con la medicina también estudiaba dirección de cine en Argentina.
Señaló además que la moda y el cine, por las que dice sentir igual pasión, guardan una estrecha relación. “El cine y la moda están completamente comunicados. Hoy cada marca hace una campaña en cine y vídeo, son dos mundos muy parecidos”, indicó el diseñador, que ha trabajado durante cinco años y medio para la marca Armani Exchange.
Castro, que creció en Buenos Aires, hijo único de una actriz y un científico, señaló que siempre le ha interesado la parte sicológica de la moda, “del por qué la gente se viste de determinada manera para demostrar qué cosa. La moda utiliza muy bien esa ambición de la gente de ser diferente”.
“A mi abuela casi le da un ataque cuando dejé los estudios, pero, como siempre fui un buen estudiante y responsable, lo entendió como un paso natural. Siempre fui consecuente con lo que hacía”, argumentó Castro, que emigró en 1999 a la Gran Manzana, donde estudió diseño en el instituto Parson.
Castro estuvo tres temporadas con la firma Jacobs, donde diseñaba tanto ropa de hombre como de mujer, para luego comenzar con la compañía Donna Karan.
“Había una oportunidad de trabajo y quería tener la experiencia de trabajar con una marca enorme como Karan”, donde estuvo dos años, enfocado en ropa de hombres.
El talento de Castro le llevó hasta la empresa Armani, donde fue reclutado tras ser recomendado por alguien en la empresa.
“Me llamaron y pidieron que hiciera un proyecto y les gustó”, recordó Castro, quien considera que el número de latinos que hay en el mundo de la moda, desde los famosos hasta principiantes, ha hecho más fácil el camino para otros hispanos.
Castro es responsable por sacar al mercado cuatro colecciones al año, una por cada temporada, lo que considera su gran reto, trabajo que el diseñador y fundador de la compañía, Georgio Armani, supervisa desde Italia, donde reside.
El diseñador y cineasta comentó a Efe que para cada colección se inspira haciendo un balance entre lo que identifica a la compañía y los gustos del cliente que compra la ropa en la cadena de tiendas Armani Exchange.
“Siempre me inspiro en Armani y lo que el cliente busca para cada temporada. Mi cabeza se mete entre dos personas, pero siempre presente lo que define a la firma Armani”, explicó.
Su incipiente carrera en el cine
A pesar de su cargada agenda de trabajo como diseñador, Castro ha logrado dedicar tiempo al cine en Nueva York, donde ha realizado dos cortometrajes: “Honey, We Shouldn’t Be Here”, que se presentó en el festival Newfilmmakers de Nueva York (2008), y “It Goes Without Saying” (2009), que tiene como protagonista a su compatriota y amiga Mia Sorrentino, que da vida a una monja latina a la que diagnostican una enfermedad terminal.
“El tiempo para el cine aparece”, dijo con firmeza Castro, que ha escrito los guiones y dirigido ambos cortometrajes y que se dispone a realizar su primer largometraje, en el que contará sus vivencias con su abuela, una mujer que tuvo mucha influencia en su vida y que le cuidaba mientras su madre trabajaba.
El filme, que realizará en Argentina en noviembre de 2011, será el primero que haga en español, con actores de su país.
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