Día a día estamos sometidos a presiones laborales y familiares y muchas veces, para sentirnos mejor, recurrimos a la comida para disminuir la ansiedad. El problema es que muchas veces no escogemos los alimentos más adecuados y lo único que conseguimos es subir de peso y afectar nuestra salud.
La Dra. Pamela Rojas, nutrióloga de Clínica Avansalud, explica que “efectivamente, el estrés influye en la nutrición de las personas. Algunos comen menos, ya que disminuye su apetito, pero una gran cantidad de personas empiezan a presentar más hambre y tienden a comer en exceso”.
¿Qué podemos hacer al respecto? La Dra. Rojas entrega los siguientes consejos:
1. Si una persona nota que está estresada y aumenta su apetito, debe tratar de tener a la mano alimentos que aporten pocas calorías, por ejemplo: jalea light, apio, sopas de verduras (acelga, espinaca, zapallito italiano, acelga) y alejarse de las golosinas.
2. En las horas de más hambre, es mejor tomar un par de vasos de líquidos (agua, agua mineral, agüitas de hierba) antes de empezar a comer.
3. No comprar golosinas ni snacks dulces, ya que el azúcar provoca una sensación de satisfacción que dura pocos minutos y luego podemos sentirnos aún más cansados y somnolientos.
4. En la micro y metro: tratar de bajarse antes, para caminar más y reducir la ansiedad.
5. Es recomendable realizar ejercicio en forma regular, ya que ayuda a bajar el estrés.
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