Los desprecios o “pelambres” pueden ser tan dañinos para la salud de una persona como los pasteles o las papas fritas. Un estudio realizado por la Universidad Purdue en Estados Unidos demostró que las personas que son objeto de discriminación tienen más probabilidades de aumentar su obesidad abdominal.
El trabajo, dirigido por Haslyn Hunte, analizó los datos de 1.400 personas que participaron en la Encuesta Nacional de Desarrollo de la Mediana Edad de Estados Unidos entre 1995 y 2004. Esto permitió a los investigadores constatar que las personas que, a lo largo de esos nueve años, reportaron recurrentemente ser objeto de discriminación o trato injusto fueron más propensos a aumentar su circunferencia de cintura.
El estudio, publicado en la revista American Journal of Epidemiology, plantea que la discriminación actúa como una fuente social de estrés, lo que podría ser la clave para explicar su rol en el sobrepeso. Una investigación realizada en 2007 por la U. de Georgetown mostró que las personas que tienen altas concentraciones de una hormona llamada neuropéptido Y tienen mayor riesgo de desarrollar obesidad. El neuropéptido Y es producido en el cerebro y liberado ante situaciones prolongadas o repetidas de estrés.
Lo más llamativo del trabajo es que los hombres que reportaron un mayor nivel de discriminación incrementaron su cintura en 2,39 cm más que sus pares que reportaron niveles bajos de discriminación, mientras que las mujeres en esta situación lograron 1,88 cm más. Un verdadero misterio para Hunte, quien explica a La Tercera que “no hay claridad de por qué el efecto es más fuerte en hombres que en mujeres”. Hunte dice que se concentraron en medir la cintura y no el índice de masa corporal, porque se cree que “la grasa abdominal está más relacionada con el estrés que la grasa general”.
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