Muchos son los factores que pueden propiciarla, pero muy pocas sus manifestaciones. Calificada por médicos de todo el mundo como “el asesino silente”, la hipertensión es hoy un mal que afecta al 67% de la población adulta, y lo más preocupante es que comienza a desarrollarse desde temprana edad por factores como el sedentarismo, exceso de peso y pobre calidad de vida
A pesar de los avances en materia de salud, como la Ley Antitabaco y los programas de kioscos verdes en algunas escuelas del país, aún falta mucho por recorrer, afirma Eduardo Bastías, cardiólogo y académico de la facultad de medicina UNAB, quien en el siguiente artículo entrega los conocimientos básicos para no terminar con la presión por las nubes y poner en riesgo tu vida.
Primera etapa: Diagnóstico y causas
¿Cuáles son sus primeras manifestaciones?
La hipertensión arterial NO PRODUCE MALESTARES. Lo que sucede es que antes se creía que podía manifestarse con cefalea (dolor de cabeza) mareos o zumbidos de oídos. Este tipo de malestares hacen suponer que la presión está lata y al registrarla.
La presión sube en forma reactiva y transitoria, y al ver que ésta subió, la persona le atribuye esos cambios a la alteración de la Presión Arterial (PA). Hay varias demostraciones que tener la PA alta, sin otro problema, no se siente.
La mayoría de las veces la PA sube por angustia o tensión y el malestar se debe a la tensión y no a la PA alta.
¿Tener la presión muy alta está condicionado por factores hereditarios?
Absolutamente. Existe una predisposición hereditaria, pero esa predisposición se manifiesta con condiciones ambientales, como el sedentarismo, el sobrepeso y el tabaquismo.
Si una persona no tiene mayores antecedentes hereditarios ¿Igualmente puede padecer de hipertensión?
El ciclo de vida del ser humano es muy corto, uno no tiene antecedentes que vayan más allá del abuelo o del bisabuelo, pero antecedentes existen probablemente en otros antepasados.
LAS CIFRAS
- Hoy día el % de fumadores Chilenos mayores de 15 años es de 44%. Este corresponde a uno de los índices más altos en Latinoamérica y a nivel mundial.
- El exceso de peso en 2010 se elevó a un 67% de la población adulta.
- La prevalencia nacional de la hipertensión arterial es de un 26,9%, es decir, 1/3 de la población.
Chile tiene muchas cifras muchas cifras al límite ¿Esto quiere decir que en general la población tiene una mala calidad de vida?
Esto se relaciona con cambios de hábitos en la sociedad, como por ejemplo el tabaquismo. Su prevalencia en los últimos 10 años ha tendido ligeramente a disminuir, sin embargo, aumenta en obesidad y en diabetes por una serie de factores como los hábitos alimenticios, la comida chatarra, porque hoy el computador es reemplazado por los juegos físicos, la actividad deportiva y el mayor sedentarismo.
Segunda etapa: Cambio de hábitos
¿En qué sentido contribuye en un estilo de vida sana en prevenir la hipertensión?
Está demostrado que una dieta rica en frutas y verduras y pobre en grasas y sal de sodio y con un consumo natural de potasio contribuye a evitar las probabilidades de desarrollar hipertensión arterial. Además, el estilo de vida saludable, debe ir acompañada de actividad física, evitando el sobrepeso y el no consumo de tabaco.
¿Por qué es importante bajar el consumo de sal en caso de ser una persona hipertensa?
La cantidad de sal saludable que se estima oficialmente es de 5 gramos diarios, entre el sodio que contienen los alimentos naturales, lo que viene en el pan y lo que uno le agrega adicional. En Chile, estamos con un consumo diario de 9,5 gramos diarios, índice muy alto respecto al entregado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Prevalencia de la hipertensión en Chile. Afecta a 28,7% en hombres y en un 25, 3% a las mujeres.
¿Por qué el consumo de tabaco pueden agravar una condición de hipertensión?
Se sabe que a mayor cantidad de cigarrillo es más dañino, pero el riego comienza desde convivir con una persona fumadora, es decir, el tabaquismo pasivo. Ahí ya tienen mayor riesgo que los que no se acercan al tabaco. De ahí el riesgo es mayor desde un cigarro en forma progresiva por la cantidad de cigarrillos.
Además el tababo puede originar la oclusión de las arterias con consecuentes infartos al miocardio.
Tercera etapa: ¿Cómo mantenerse?
En caso de una persona que ya padece de hipertensión ¿Cómo puede mantenerse bien?
En primer lugar debe ser diagnosticada. El diagnostico de hipertensión se hace cuando una persona, en tres controles separados, tiene una presión arterial sistólica mayor de 139, o diastólica mayor de 89.
Si en tres controles separados mantiene los niveles, quiere decir que es hipertenso.
Luego la persona debe iniciar un procedimiento en las cuales las metas serán tener la presión sistólica bajo 40 y diastólica en menos de 90, a toda edad.
¿Es necesario tratamiento farmacológico paralelo?
Cuando la hipertensión es leve e inicial se debe intentar primero tratar sin medicamentos, más bien con cambios en estilo de vida (corrección de sobrepeso, sedentarismo, control de la fruta y sal). Cuando la hipertensión es de mayor nivel o no se ha corregido, recién se considera el uso de medicamentos.
¿Existe alguna indicación especial para mujeres en su periodo de embarazo en cuanto a la hipertensión?
En la mujer embarazada la situación es aún más delicada, porque la presión en general en estas condiciones tiende a disminuir. Si la persona desarrolla una hipertensión gestacional durante el embarazo tiene más probabilidades de ser hipertensa después de este.
Alimentos para evitarla
Emilio Roessler, nefrólogo de Clínica Alemana, entregó a Biut algunos consejos alimenticios para no padecer de hipertensión. Para él, lo más importante es evitar los productos que contienen sal, como el pan, conservas, salsa de soya y condimentos para sopas.
Afirma que lo ideal es moderar la ingesta de los hidratos de carbono -pastas y masas y dulces-junto con el control del aporte diario de grasas saturadas -que se encuentran en las frituras, mantequilla, crema y carnes grasas.
Se debe aumentar el consumo de de grasas de pescados y de origen vegetal (palta, oliva, nueces y almendras), ácidos grasos poliinsaturados, como el aceite de oliva; verduras y frutas, al menos cinco porciones diarias o mezclarlas con jugos de frutas naturales.
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