A nivel mundial, en agosto se conmemora el mes del corazón, que tiene como objetivo alertar e informar a la gente acerca de las enfermedades cardiovasculares y de sus cuidados.
Conversamos con Rodrigo Tapia, cardiólogo de la Clínica Bicentenario, quien nos explicó cuáles son los factores de riesgo de sufrir un infarto, cómo prevenirlo y cuáles son los alimentos ideales para cuidar nuestro corazón.
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Factores de riesgo
1. Genéticos y heredables: El médico explica que uno de los factores de riesgo más común es la genética.
Este explica que “en este caso se limita a si un pariente de primer grado, padres o hermanos, han sufrido a edad temprana”.
2. Ambientales: El consumo de tabaco, drogas, estilo de alimentación y la escasa realización de actividades físicas pueden ser factores relevantes a la hora de sufrir un problema cardiaco.
3. Enfermedades crónicas: El especialista añade que “también existen enfermedades crónicas, las cuales no son curables, como la hipertensión arterial, diabetes mellitus y colesterol alto que nos aumentan el riesgo de presentar un evento cardiovascular”.
¿Cómo podemos prevenir un infarto?
Pese a todos los avances tecnológicos, el infarto miocárdico continúa siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo occidental.
Si bien, no podemos manipular los factores de riesgo genéticos, si podemos intervenir en un control adecuado de las enfermedades crónicas. El cardiólogo agrega que “si no se encuentran adecuadamente tratadas y controladas pueden producir un daño continuo y silente a nivel de las arterias coronarias”.
Otro factor que podemos modificar, son los ambientales. El médico comenta que “uno de los peores enemigos es el cigarrillo, ya que presenta alrededor de 4000 sustancias de las cuales no menos de 50 son tóxicas para el ser humano”. Por lo tanto, si quieres prevenir esta enfermedad, se aconseja dejar el cigarrillo de lado y optar por una alimentación saludable.
Otro punto para prevenir un infarto, es modificando nuestro hábitos alimenticios. El especialista comenta que “se ha establecido una clara relación respecto al consumo de sal y la enfermedad cardiovascular, ya que a mayor consumo, mayor es el riesgo de sufrir un infarto”.
Por otro lado, la ingesta desmedida de carbohidratos en todas sus formas, contribuye al desarrollo de sobrepeso y obesidad.
Además, no podemos olvidar la actividad física dentro de las medidas de prevención del infarto miocárdico y la enfermedad coronaria.
El médico agrega que “la práctica contínua y adecuada de un ejercicio aeróbico debe ser por lo menos de 120 minutos a la semana en una intensidad moderada a vigorosa”.
Por lo tanto, realizar ejercicios disminuye la presión arterial, mejora el metabolismo de los carbohidratos ayudando al control de peso y protegiendo de la resistencia insulínica.
También, “ayuda a disminuir el colesterol malo y disminuye en reposo el consumo de oxígeno”.
Al combinar todas esta medidas, logramos en forma efectiva disminuir el riesgo de sufrir un infarto miocárdico y mejorar sin duda alguna, nuestra calidad de vida.
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Alimentos ideales para el corazón
Si bien, uno de los factores de riesgo es la alimentación, está la podemos modificar cambiando nuestro estilo de vida.
El cardiólogo agrega que “a través de diferentes estudios científicos validados estadísticamente, el beneficio de la dieta mediterránea es primordial para la prevención de un evento cardiovascular, cuando este ya ha ocurrido”.
La dieta mediterránea consiste en una dieta basada en frutas, vegetales, legumbres, porotos de todos sus tipos, aceita de oliva, hierbas, granos y semillas sin procesar. Además, contiene pescados y mariscos, aves, huevos, lácteos y carne.
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Consejos para cuidar nuestro corazón
La subdirectora de la Escuela de Salud de AIEP, Julia Ortiz, señala que para cuidar nuestro corazón “es importante mantener un estilo de vida saludable que colabore en disminuir los riesgos de sufrir algún problema o afección cardiaca”.
Además la especialista añade que debemos poner atención a que nuestro colesterol sanguíneo se encuentre en niveles adecuados, controlar nuestra presión arterial, no fumar, mantener niveles aptos de glicemia en la sangre, evitar el sobrepeso y eliminar el sedentarismo.
Por lo tanto, debemos cuidar nuestros hábitos alimenticios, de la exposición del estrés emocional y practicar ejercicios de forma regular.
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