Se fundó con motivo de la conmemoración de la victoria de la batalla del pueblo de Yungay en el año 1939. Fue proyectada por mandato del Presidente de La República Don José Joaquín Prieto en el año 1888 y consistió en una urbanización conformada por casas de uno y dos pisos, agrupadas en su mayoría en fachada continua en torno a un ágora o plaza central (Plaza Portales). Fue el centro de reunión de hombres y mujeres que participaban activamente del escenario político y cultural de la época y reconocido como un exclusivo sector habitacional, habitado por las familias más acomodadas de la ciudad de Santiago, las que en su mayoría mantenían vínculos con familias de países europeos, generando un importante puente cultural, lo que se ve reflejado en la línea arquitectónica de las fachadas de las viviendas.
1939 – 2011…
“Actualmente, es un importante polo cultural y comercial, aun cuando mantiene su carácter habitacional, donde es posible reconocer la riqueza arquitectónica de sus construcciones, tanto en las fachadas de las antiguas casas, así como en el empedrado de algunas de sus calles”, comenta Francisco Hernández, arquitecto de la consultora Aprezia.
Al definir su identidad Hernández explica “radica principalmente en su carácter de “barrio”, el que se mantiene pese a los años y los cambios políticos y socioculturales del país y de la ciudad, siendo posible aún reconocer elementos que lo identifican como tal. Esto se refleja en la conservación de históricos lugares, tales como la “Peluquería francesa”, “Basílica de Las Hijas de San José”, “Iglesia San Saturnino”, “Santuario del Carmelo”, “Plaza Yungay” (monumento al Roto Chileno), entre otras”.
Su declaración de Zona Típica –por el Mineduc el 2009- lo obliga a cumplir una política gubernamental y normativa comunal que fija condiciones urbanísticas, tales como conservación de línea de fachadas, alturas máximas de edificación, usos de suelo, etcétera.
Reciclaje es un concepto que no está ajeno a este barrio, al hablar de revalorización Hernández de Aprezia explica, “las antiguas casas, paulatinamente han ido dando paso a otros usos (comercio y servicios), lo que se traduce en un creciente interés vinculado al “reciclaje” de éstas, algunas dañadas por el paso del tiempo y/o por catástrofes como incendios y terremotos, observándose remodelaciones y reacondicionamiento de las mismas, las que en su mayoría presentan actualmente uso mixto como habitación y oficinas o talleres”.
El Barrio Yungay hoy lo conforman personas de la tercera edad de grupos socioeconómicos medio y medio bajo, que han vivido gran parte o incluso toda su vida en el lugar, además de profesionales jóvenes, en su mayoría vinculados a actividades como la arquitectura, el diseño y las artes plásticas….”su principal rol es entregar una identidad de barrio a la ciudad, tanto como unidad espacial así como organización social, además de preservar las construcciones, manteniendo la línea arquitectónica y la volumetría del sector”, explica Hernández.
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