Las terapias complementarias son cada día más populares y aceptadas como ayuda en tratamientos convencionales. Pero no por ser medicina natural, quiere decir que no debemos preocuparnos de ir a un verdadero especialista en el tema, advierte una experta.
La académica de la U. Andrés Bello y especialista en medicina complementaria, Dra. Carolina Montero, sostuvo en conversación con Biut que los tratamientos con los que debemos tener especial cuidado son las terapias que involucran manipulación corporal, o aquellas en que el paciente deja de estar en un estado de alerta de conciencia:
- Regresión a vidas pasadas
- Regresión al vientre materno
- Acupuntura
- Reflexología
- Masaje Linfático
- Quiropraxia
Los riesgos de una terapia realizada por manos inexpertas son variados. “El más simple es perder el dinero y tiempo obteniendo como resultado frustración por estar en el mismo punto sin avanzar hacia la salud y sanación”, advierte la especialista.
¿Pero cómo podemos reconocer a un verdadero terapeuta experto? La Dra. Carolina Montero entrega los siguientes tips para ayudarnos a escoger a un especialista realmente preparado:
- El especialista debe contar con certificados que acrediten que posee los estudios correspondientes, emitidos por escuelas internacionales o nacionales, que tengan una malla de contenidos, teóricos, clínica y práctica con pacientes supervisada antes de recibir el certificado, por profesionales de conocido prestigio en el área.
- Es importante considerar que los cursos de fin de semana entregan sólo contenidos teóricos, sin la suficiente práctica con casos y pacientes.
- Debes tener en cuenta que para considerarse un especialista en algún tema, se debe llevar varios años tratando a pacientes que presentan la enfermedad; con resultados positivos, permanente perfeccionamiento y estudio sobre avances en el área.
Efectos desagradables esperados

Según la Dra. Carolina Montero, el reiki, la terapia floral y el yoga, en un principio pueden ocasionar efectos no deseados por el paciente.
”Los efectos desagradables pueden ser físicos, como: náuseas, dolor de cabeza, diarrea, mucho sueño, entre otros. O efectos psicológicos, que pueden ser aumento de los síntomas que motivaron la consulta en un primer momento: miedo, crisis de angustia, llanto, desajustes de ánimo, entre otros”, advierte la especialista.
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